"La sectorización que exige la Liga para jugar en Primera o en Segunda, que obliga a que las dos aficiones estén separadas, ya está hecha". Lo dice Emilio Llano, arquitecto que diseñó el Carlos Tartiere, estadio del Real Oviedo, que defiende que lo que es "complejo" es la sectorización que pide el Real Oviedo, que pretende dividir las gradas en sectores para establecer distintas categorías y precios en los abonos. "Eso, lo que quiere el club, no tiene que ver con la legalidad ni las exigencias de la Liga. Me parece bien desde el punto de vista del club. Pero vemos muchas dificultades", asegura Llano.

La teoría de Llano va en la línea de los técnicos municipales, que ya advierten en sus informes de que son "inviables" las obras que quiere desarrollar la entidad porque afectarían a toda su estructura al ser un estadio "diáfano". El tripartito (Somos, PSOE e IU) asegura, no obstante, que tratará de pedir opiniones para buscar una solución en 2016 y ver la manera de ejecutar las obras que quiere el club.

Llano insiste en que la Liga sólo exige que las aficiones estén separadas y que eso, en el Tartiere, se hizo antes del partido que jugó España el pasado mes de septiembre. Lo que faltaría, explica el arquitecto, serían otras medidas que no tienen que ver con obras estructurales, como la instalación de cámaras por todo el campo, los controles, o locales para las detenciones y para depositar los objetos requisados.

Llano asegura que el campo cumple las exigencias de seguridad recogidas en el último decreto impulsado en el 2010 (está pensado para evacuar a 30.000 personas en 4.20 minutos y que lo que pretende el Oviedo, dividir el graderío en función de su uso, requeriría la instalación en cada sector de aseos y cafeterías y también tener salidas que cumplan con la normativa de evacuación. "Ahí es donde vemos que hay dificultades. Tal y como es el diseño del campo, hay unos anillos perimetrales que resuelven la salida de emergencia. Además, los servicios higiénicos están en las torres. Si sectorizamos por precios, tendríamos que ubicar las evacuaciones en cada sector y también los servicios higiénicos. Esa es la complejidad", explica. Llano está ultimando un estudio en el que está tratando de encontrar la solución, "analizando el número de personas por vomitorio y evacuación". El tripartito no descarta acudir a profesionales de fuera para buscar alternativas.