Fue una cita donde se ensalzó el municipalismo, como era previsible. "Estamos en tiempos de nuevos retos. Necesitamos poner al día los viejos retos del municipalismo", aseguró Wenceslao López, que fue quien más se alargó en un discurso que pareció improvisado.

Y lo hizo para defender lo público: "Creemos en lo público y hay que ponerlo en valor", aseguró. Después, para defender la participación ciudadana, y con ello hacerle un guiño a la vicealcaldesa Ana Taboada (Somos), que seguía sus palabras: "La transparencia, la participación. Son consecuencias inevitables de lo público". Y finalmente para pedir colaboración: "Tenemos que aprender unos de otros. Gijón tiene que aprender de Santo Adriano y viceversa", ejemplarizó. "Hay que tratar de hacer más políticas y más servicios con los mismos recursos", añadió.

López explicó que, como "compartimos los mismos problemas", es más necesaria la "cooperación", poner en marcha una "factoría de ideas desde la Federación de Concejos" para abordar mejor las soluciones. Y, en este sentido, planteó la idea de que hubiera más encuentros de ese tipo al año, no sólo con el brindis navideño como excusa. Un brindis, por cierto, en el que ya participó, dijo, en sus primeras ediciones. "Debo ser el único superviviente de entonces", ironizó el alcalde ovetense.

Los intervinientes optaron por discursos genéricos y se detuvieron, eso sí, en los incendios que arrasaron el Occidente hace semanas y que ayer ser recrudecieron. Pidieron todo el esfuerzo por ayudar a los vecinos de las zonas más castigadas.

En el acto no faltaron los ediles de la oposición municipal, entre ellos el líder Agustín Iglesias Caunedo (PP) que, requerido por este diario, prefirió no hacer declaraciones. Caunedo estuvo acompañado de varios de sus compañeros concejales, que siguieron el acto desde atrás. A un lado se situaron los de IU y Somos y al otro los de Ciudadanos. También hubo ediles de la oposición de Avilés y de Gijón. El acto concluyó con el reparto de regalos. El regidor de Oviedo dio un libro del Campo San Francisco y una jarra de cerámica de Faro. De Gijón se repartieron plantas del jardín botánico. Y de Avilés un libro del pasado de la ciudad.

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