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Olloniego denuncia la pasividad política frente al deterioro de su patrimonio

Somos prometió, desde el gobierno local, rehabilitar el conjunto medieval a través de escuelas taller, que ya tienen dotación presupuestaria

las consecuencias del abandono. De arriba abajo, un indicativo del Camino de Santiago sucio y con pintadas; el conjunto medieval, con la vegetación saliendo por los balcones, y el puente, con el camino que pasa a su lado, encharcado. luisma murias

Olloniego es uno de los pueblos con más historia de Asturias y con mayor concentración de patrimonio. El más conocido es el conjunto monumental formado por la torre de Muñiz, el palacio y el puente medieval declarados bien de interés cultural en 1991, pero hay más. En las inmediaciones de Olloniego se levanta el castillo de Tudela que es monumento histórico desde 1965, están los yacimientos con grabados rupestres del Pico Berrubia, por allí pasa el Camino de Santiago y el Camino Real de la Mesa. Y a eso se suman los vestigios industriales. Desde hace años los responsables políticos de una y otra administración se desmarcan cada cierto tiempo anunciando alguna actuación para Olloniego. Prometen rehabilitaciones y equipamientos. Pasan los años y ninguna se concreta. La maleza cubre el puente medieval, se desborda por los balcones y los muros del palacio, hay basura, charcos y el futuro de Olloniego es incierto.

La última promesa política partió de uno de los socios de gobierno local, Somos, y fue la de rehabilitar las ruinas medievales con parados de las escuelas taller municipales. La semana pasada, el Servicio Público de Empleo del Principado aprobó el presupuesto para las escuelas taller municipales y en breve Olloniego podrá dar fe de la solidez de aquel compromiso. La idea que lanzó Somos no era nueva. IU ya la había propuesto meses antes desde la oposición: ahora está en el gobierno.

El Ayuntamiento de Oviedo y los propietarios del palacio y el conjunto medieval de Olloniego han pasado años en litigios a cuenta de su expropiación con los titulares de los terrenos, la sociedad Cerobri y el marques de Regueral. En 2011 el Tribunal Superior de Justicia de Asturias dictó una sentencia que daba por buenos los 4,5 millones de euros que el Consistorio ya había desembolsado a la propiedad y le eximía de pagar otros 4,5 millones que ésta le reclamaba.

En la década de los noventa, el Ayuntamiento hizo algunas reparaciones, consolidando los muros del palacio y la torre y rehabilitando las techumbres. En 2012 llevó a cabo labores de limpieza.

El proyecto de rehabilitación está pendiente desde mediados de los años noventa. Fueron varias las propuestas publicitadas desde el Ayuntamiento para preservar el conjunto, entre ellas una que contemplaba la habilitación de un jardín botánico, espacios de recreo y deportivos y reservaba una zona para la edificación de viviendas. En 2013 el PP encargó un proyecto al arquitecto José Ramón Fernández Molina, que redactó un plan que contempla la construcción de un parque periurbano y una zona deportiva.

Carmen Barbosa, la presidenta de la Asociación de Vecinos de Olloniego, sostiene que la dejadez en que las administraciones públicas, de uno y otro ámbito, mantienen el conjunto medieval solo es la más visible de la zona. Refiere que los habitantes de Olloniego llevan años clamando por unas pantallas acústicas en la carretera que les eviten los ruidos del tráfico y pasos elevados para cruzar, por un polideportivo, una biblioteca, un auditorio para el que han pensado en rehabilitar la antigua Casa Sindical. Hay carencias en el servicio de transporte, la estación de tren necesita arreglos y no hay asistencia pediátrica. "Olloniego no es solo el conjunto histórico medieval", afirma.

"Estamos en manos de cuatro administraciones, porque aquí tienen competencia la estatal, la autonómica, la Confederación Hidrográfica y el Ayuntamiento, y ninguna hace nada", se queja la representante vecinal. "En los últimos cuatro años no se ha avanzado nada en absoluto. Hay proyectos, pero no se ejecutan, y el último, de diez millones de euros, era demasiado ambicioso y sabíamos que no se iba a hacer", comenta.

En el pueblo, en el que residen unos 1.100 habitantes, según la asociación vecinal, hay resquemor por el destino que se dio a los fondos para la reconversión de las comarcas mineras. ""Generamos millones de euros de fondos mineros y solo vimos el polígono industrial, que destrozó toda una vega. El resto fueron para la capital", lamenta Barbosa.

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