Una máquina de ganar títulos que no da muestras de oxidarse pese al paso de los años. Si bien es cierto que los bolos es un deporte en el que la plenitud suele alargarse más que en otras especialidades, también lo es que pocos, por no decir ninguno, son capaces de llegar a los 40 años con las expectativas de seguir ampliando un palmarés ya de por sí inigualable como es el de Javier Pruneda.

Surgido de la prolífera cantera de la peña El Ché, este naveto lleva más de media vida dando lecciones de cuatreada por toda Asturias y también por las américas. Su currículum habla por sí solo. Nueve campeonatos individuales absolutos -antigua y popularmente conocidos como Campeonatos de España-, un Campeonato del Mundo individual y tres por parejas y decenas y decenas de triunfos en torneos individuales y colectivos hacen que hablar de un historial insuperable se quede muy lejos de ser una exageración.

Hasta la fecha, sólo Bernardo Menéndez, de Villa de Noreña y ocho años mayor que él, pone en cuestión su dominio histórico en lo que a titulos se refiere, pues Menéndez también acumula nueve títulos nacionales y dos mundiales, precisamente, ambos ganados en sendas finales ante el campeón naveto.

De todos modos, Pruneda está llamado a seguir acrecentando su leyenda, pues, sin ir más lejos este año demostró que sigue siendo, junto al joven fenómeno lavianés, Sergio Hevia, el gran dominador de la modalidad más practicada en toda Asturias. Una etiqueta que queda demostrada si se tiene en cuenta que a lo largo de 2015 se impuso en cinco de los grandes torneos individuales, curiosamente los mismos que ganó Hevia, entre ellos el último finalizado hace escasas fechas en la bolera gijonesa de Reculta.

Este último título fue ganado como otros muchos en la carrera de Pruneda. Con un marcador desfavorable durante casi toda la final ante el local, Carlos González, verdugo de Hevia en semifinales, el de Nava no se dio por vencido y sacó su habitual raza para enlazar cinco juegos consecutivos e igualar la partida. Un empate que se prolongó hasta que en el juego 27, borró 30 con cuatro bolas para revalidar el título y cerrar el año desde lo más alto del pódium

Enésima hazaña para un roscador que, si bien empezó el año con una inesperada derrota en semifinales del Torneo de Ases de Mieres ante un viejo conocido como el tetracampeón mundial José Luis Bilbao, apenas unas semanas después devolvía las cosas a su sitio con el triunfo en el Memorial Cajetilla de Siero, considerado por muchos el torneo más prestigioso del circuito bolístico, en el que también es el más laureado y obtuvo su séptimo título ante David Fernández, de la peña La Venta Los Probes de Llanes.

Luego vendrían otros éxitos de gran prestigio como el logrado en el Torneo Villa de Gijón a uno de los jugadores más en forma del año como fue el excampeón absoluto individual, Ramiro Paniceres, de la peña El Biche de Pola de Siero, o el Memorial Lisardo García Villa "El Abuelo" que le ganó en julio a Sergio Hevia en la bolera del parque Alfonso X El Sabio de la capital sierense. A ello hay que sumar el Memorial Speroni de Lieres, con el que completó un repóker para enmarcar al derrotar de nuevo en la final al riosellano David Fernández.