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Instantes que cuentan historias

La joven fotógrafa ovetense Liana Montserrat Rodríguez presenta "Conjuntos de silencio" en Borrón

Instantes que cuentan historias

Una imagen de varias hojas secas sobre la tierra mojada de un camino asturiano que consigue envolver al que la mira en la tranquilidad del bosque, en un silencio alterado únicamente por la caída de la lluvia y el movimiento de las ramas con el viento. Una fotografía de un paisaje nublado en el que solo se intuyen las siluetas de los árboles y los postes de teléfono, pero que provoca en el receptor una curiosidad importante por saber qué hay detrás de la niebla. Ese es el gran poder de la fotografía, pero que personas como Liana Montserrat Rodríguez López (Oviedo, 1989) llevan al extremo.

Esta joven fotógrafa, una de las seleccionadas para la 25 Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias, inauguró ayer en la sala Borrón su primera exposición individual, "Conjuntos de silencio"; un paseo por su día a día a través de sus ojos y de su objetivo, que estará en Oviedo hasta el 5 de febrero y en la Sala Municipal de Cultura de Avilés del 6 al 30 de abril. "Es una selección de imágenes que he hecho durante todo el 2015, con la idea de la exposición, que están realizadas en momentos de contacto conmigo misma, dando un paseo, en mi casa; o que captan cosas que me llaman la atención o me mueven algo por dentro al verlas", explica la artista.

Las 37 imágenes que componen esta muestra están ordenadas en nueve series, bautizadas con nombres como "Niebla", "Efímera", "Film", o "Silencio". "Hice cientos de fotos durante todo el año, siempre intento llevar una cámara encima, digital o analógica. Pero a la hora de editarlas, descubrí que muchas tenían conexión entre ellas. Al juntarlas, daban significado a esos conjuntos de silencio".

Rodríguez López empezó a captar sus primeras imágenes cuando era una niña. "Andaba con cámaras que estaban tiradas por casa, y disparaba a todo lo que llamaba mi atención". Con 15 años, empezó a comprar y a revelar sus primeros carretes. "Mi madre siempre coleccionó muchas fotografías, hay muchos álbumes por mi casa, e igual de ahí me viene esa necesidad de recordar y de tener archivados todos los momentos especiales". Pero esos momentos no son escenas trabajadas o retratos preparados; son la congelación de un instante único para la eternidad. Un atrapasueños colgado en un retrovisor de un coche que dirige la vista hacia un amanecer; un dibujo de un pájaro que inicia la divagación durante un café entre amigas o una escena de una película que traspasa el blanco y negro a la sala en la que se proyecta. "Son momentos intensos para mí. Hay algo en el encuadre que visualmente funciona y te transmite tanto; es algo mágico".

Por eso su única pretensión con esta exposición es que "el espectador sienta lo mismo que yo cuando veo esa imagen hecha por mí. Que consiga acariciar ese instante de alguna manera y que le conmueva". Dice que no puede pedir más porque exponer en Borrón ya es un sueño. "Conocí la sala cuando estudiaba foto en la Escuela de Arte de Oviedo, y siempre pensaba: 'ojalá pueda exponer aquí algún día'. Y lo he conseguido". Lo que aún no ha conseguido, a pesar de su formación y de que la hayan seleccionado para la Muestra de Artes Plásticas de Asturias, de ser finalista en varios premios como el "Ateneo Obrero de Gijón 2014"; es poder vivir de su pasión. "Me gano la vida trabajando en un supermercado, algo que me limita bastante para hacer producciones fotográficas y para exponer. Pero espero que, poco a poco, se vayan abriendo puertas". Ella seguirá dando "pasitos". De hecho, aunque como buena supersticiosa prefiere no contar mucho de proyectos no confirmados, ya planea "hacer algo en un museo de Asturias con otros artistas".

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