"El verdadero cambio que han votado los españoles en las pasadas elecciones es el pacto; pero hay un gran empate; ya pasó en otros países como Alemania, Francia y el Reino Unido". Lo dijo ayer Emilio Lamo de Espinosa, presidente del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, y catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid. Fue en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, donde pronunció la conferencia "España, ¿Segunda Transición?", en la que dejó claro que, como dijo Felipe VI, "es momento de "darse la mano y no la espalda", poniendo como ejemplo la tregua que se dio en la primera Transición, que triunfó por la generosidad que tuvieron entonces sus hacedores, a la hora de dejar de lado las diferencias.

Lamo de Espinosa, que fue presentado por Rodolfo Gutiérrez, catedrático de Sociología de la Universidad de Oviedo, y que también estuvo acompañado en la mesa por Javier Gámez, directivo de Tribuna Ciudadana, organizadora de la charla, lanzó una advertencia a los partidos políticos "que están para servir al interés general y no al suyo".

En su análisis de la situación actual aclaró que los comicios han vuelto a poner de relieve que España es una sociedad de centro izquierda, y que ese centro que hasta ahora había decidido las mayorías "se ha fragmentado". En ese punto, Lamo de Espinosa, reconoció la necesidad de modificar la Constitución para actualizarla, con líneas rojas claras como el respeto a la soberanía que reside en el pueblo, la igualdad y el estado de derecho, a fin de modificarla en puntos como la pertenencia a la Unión Europea o el orden sucesorio de la Corona. Por eso, vaticinó una legislatura corta, de dos años, "que culminará con la obligada celebración del referéndum de reforma constitucional, algo que también han hecho otros estados, sin problemas".

La peculiaridad de España es que la Carta Magna está configurada de modo que es difícil cambiarla, reconoció. A su juicio, el rebrote del separatismo catalán, que consideró un fenómeno recurrente en el tiempo, y el éxito de Podemos, han sido alimentados por una profunda crisis institucional y de legitimidad, respectivamente. "Lo que pasa es que algunos jóvenes parecen creer que la democracia ha llegado con ellos; mientras que ellos no la han alcanzado todavía", matizó. "En España no podemos hacer política mirando al retrovisor. Hay que salir hacia afuera y romper este ensimismamiento. Necesitamos un gran proyecto español, de regeneración democrática", reclamó.

A la vez, consideró necesario promover más austeridad, menos administraciones públicas y grandes pactos en política exterior y educación, entre otras cuestiones.