Mi carta va dirigida a esas madres trabajadoras que no tienen todas esas ventajas que sí tienen las trabajadoras del Congreso (guardería en el propio centro de trabajo y persona para que les cuide el niño).

Vivo en Oviedo, o al menos eso dicen los impuestos que pago, y digo esto pues la zona donde vivo, El Caleyo, está completamente olvidada (las líneas que delimitan los carriles no las repintaron en la vida, falta iluminación, las malas hierbas crecen por las aceras...), pero eso es un tema a tratar en otro momento. Les cuento esto pues quiero que entiendan que necesito el vehículo para desplazarme a mi trabajo y dejar al niño mientras está en una guardería.

El pasado 20 de diciembre salí corriendo de mi trabajo y paré el coche en carga y descarga (otras madres optan por dejarlo en doble fila, pero a mí me parece que estorba menos de esta manera), pues la guardería está en una calle peatonal, para recoger a mi pequeño (insisto que no tengo otra opción). Cuál fue mi sorpresa que cuando salí no tenía el vehículo y un peatón me indicó que lo acababa de retirar la grúa. Llamo a la grúa para que, dado que estoy con un bebé en sillita de paseo y no tengo opción de poder ir al depósito en un taxi (no disponen de elementos de seguridad para un bebé) y tampoco tengo a nadie que me pueda llevar, y puesto que están cerca, ver la posibilidad de que al menos me dejen el coche cerca, a lo que evidentemente me contestan que no. Y claro que ellos no están para darme una solución. Resultado, caminar durante casi una hora tirando del carrito del bebé para ir al depósito, donde me aclaran que los turismos no pueden parar en carga y descarga nunca, aunque se trate de cargar y descargar a mi hijo por no disponer de otro sitio y dejarlo en la guardería mientras trabajo.

Éstas son algunas de las muchas complicaciones con las que se encuentra una madre trabajadora en Oviedo.