Cayetana Guillén Cuervo ha interpretado a infinidad de personajes a lo largo de su carrera pero desde febrero del año pasado, cuando la gente la mira ve a Irene Larra, la funcionaria experta en Recursos Humanos del Ministerio del Tiempo. La serie ha sido "un puntazo" para la actriz, que ayer viajó a Oviedo para acompañar a su amigo Alberto Cerdán en la inauguración de su primera peluquería en Asturias.

-Usted ha frecuentado mucho Asturias.

-Amo Asturias, me vendría aquí a vivir. He venido a trabajar, a ver a amigos.... El de aquí es el acento que más se me pega de toda España. Me encantan los asturianos, son gente noble y abierta. Siempre he tenido buenas experiencias en esta tierra: haciendo teatro, haciendo cine...

-Su amistad con Alberto Cerdán viene de largo y empezó por un corte de pelo.

-Fue después de "El Abuelo", hacia el año 2000. Iba a hacer "Más que amor frenesí". El cambio era definitivo para que me dieran el personaje. Vimos un corte que alguien había hecho a Judit Mascó y llamé a la revista "Telva" para preguntar quien había sido el autor. Me dieron el nombre de Alberto Cerdán y me fui a su salón de Barcelona con uno de los directores de la película: si no quedaba el "look" que buscaban, moderno y rompedor, yo no hacía la película. Yo tenía un pelo un poco más largo que ahora, se hizo un corro de clientas alrededor y Alberto empezó a cortarme el pelo a trasquilones.

-¿Estaba muy apegada a su melena?

-Sí, hasta ese momento. Luego ya cambie con más facilidad.

-Siempre fiel a su rubio.

-Me gusta. Me favorece más, me da más luz. También lo lleve corto, azul, rojo, de todas las maneras... En "El Ministerio del Tiempo" me han puesto pelucas para viajar por las épocas, me he visto con diferentes peinados y me han dado ganas de volvérmelo a cortar.

-"El Ministerio del Tiempo" fue una apuesta arriesgada que ha salido muy bien.

-Es un puntazo. Sabíamos que era algo distinto pero no que iba a tener tanta aceptación, sobre todo entre un público muy exigente y no muy consumidor de series. El tiempo es un tema emocionalmente muy potente: poder encontrar a los seres que has perdido, encontrarte contigo mismo e intentar cambiar las cosas...

-Usted tiene un personaje de carácter.

-Un icono lésbico.

-Al margen de ese detalle.

-Mola, mola mucho. Tiene puntos vulnerables pero muy escondidos.

-No hay muchas lesbianas en series de televisión.

-Ahora se están viendo más, pero fue antes en "El Ministerio del Tiempo". Lo que ha funcionado es no darle un foco especial: simplemente, esa es su orientación sexual.

-Compartió capítulo con un ovetense, José Antonio Lobato.

-Leiva. Es un crac, buenísimo, maravilloso.

-¿Se le volverá a ver en "El Ministerio"?

-Hombre, se tira por una azotea, pero como en "El Ministerio" se puede volver atrás en el tiempo... Hizo un trabajo magnífico. Él, Leiva, era quien me había captado a mí para el Ministerio. Es el que desencadena un cuestionamiento moral en la trama.

-¿El cine español empieza a remontar la crisis?

-El sector lo ha pasado muy mal y va a costar encontrar un equilibrio entre lo que la gente aporta y lo que recoge. El cine no es una alfombra roja, es mucha gente muy preparada, con familias detrás, viviendo de esto y pagando sus impuestos, gente invisible que padece la crisis.

-¿Cómo anda usted de proyectos?

-Estoy trabajando en uno nuevo en Madrid: se reabre el Florida Park y preparamos algo distinto y muy potente para él.