"Los ovetenses son ovetenses y son ovetenses". Con esta redundante frase explicó Santiago González-Alverú el arraigado sentimiento que tienen los nacidos en la capital asturiana por su ciudad, en la conferencia que ofreció en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA bajo el título "Ovetenses de antaño y hogaño". A la charla, en el Salón de Actos Fundación Cajastur, acudieron más de medio centenar de personas y estuvo presentada por Alberto Polledo, vocal de Sociedad Protectora de La Balesquida, entidad organizadora del acto.

Como toda historia, la de Oviedo tiene un comienzo, y González-Alverú lo sitúa hace más de 1.200 años. "Al igual que los refugiados de hoy en día, en el siglo VII los visigodos buscaron asilo en Asturias ante la invasión musulmana, y como no había sitio para todos los recién llegados, tuvieron que fundar nuevas ciudades, siendo una de ellas la actual capital asturiana. Desde entonces, Oviedo es la ciudad sobre la que ha girado Asturias", relató el editor de la revista "Vivir Oviedo".

Así, González-Alverú realizó una radiografía de la ciudad y sus gentes apoyándose en personajes célebres, rincones y anécdotas. "Clarín, del que todo el mundo decía que era un hombre huraño, plasmó muy bien la impronta del Oviedo del siglo XIX y algunos de sus lugares de reunión más importantes, como el desaparecido Casino", explicó sobre el autor de "La Regenta", del que añadió que "presumía de ser un hueso" entre sus alumnos de la facultad.

Precisamente la Universidad también tuvo su capítulo, y es que González-Alverú asegura que la institución educativa ha estado siempre "al margen del devenir social de la ciudad". "No se tenía mucha estima a sus catedráticos porque no se involucraban en la vida social de Oviedo", afirmó.

Como no podía ser de otra manera también hubo tiempo para el fútbol y el Real Oviedo. "El estadio Carlos Tartiere daba la oportunidad de gritar y decir tacos en público, sobre todo en algunas épocas en las que no era tan como hoy. En este estadio se han escuchado los chascarrillos más ingeniosos", apuntó.

El conferenciante también repasó los rincones emblemáticos, como el caño del Fontán, las afamadas tertulias de la capital, la envidia o el peculiar sentido del humor que, entre todos, "han forjado una personalidad propia en los carbayones". González-Alverú también quiso recalcar que "la peatonalización del centro urbano y los Premios 'Princesa de Asturias' han puesto a Oviedo en el mapa".