Asturias sigue encadenada al riesgo de que el 22 por ciento de su población caiga en la pobreza y la exclusión -según el índice AROPE, "At Risk Of Poverty and Exclusion"-, y, además, la tasa de desigualdad en el Principado ha crecido un 19 por ciento en los últimos años (su tasa de GINI ha pasado en pocos años de 0,2646 a 0,3162, siendo el 0 la igualdad perfecta y el 1 la desigualdad absoluta).

Ése es el telón de fondo, Cáritas, la entidad social de la Iglesia católica atendió en 2015 a unas 23.400 personas necesitadas en Asturias, a las que dedicó cerca de ocho millones de euros, de los cuales 5,6 millones fueron recursos propios. El director de Cáritas, el seglar Ignacio Alonso, acompañado por la secretaria general, Mari Luz Baeza, y la responsable de análisis y estudio, Carmen Álvarez, presentaron ayer la memoria de sus actividades durante el pasado año.

Pero si el dato global es el antedicho, existe otro no menos reseñable, a saber, que casi 7.000 familias fueron atendidas en la red de acogida y acompañamiento de Cáritas en todo el Principado, y de ellas 2.206 acudían por primera vez a los brazos de la organización eclesial. Alonso incidió particularmente en este dato porque "ha disminuido el número total de personas atendidas, pero esas familias que llegan por primera vez solicitando ayuda a Cáritas indican que la pobreza y la exclusión son fenómenos estructurales, incluso en épocas de crecimiento".