Luiza Elizabeta Istok se llevó el disgusto de su vida en la mañana de ayer, cuando abrió su comercio de productos rumanos en la esquina de las calles San Ignacio de Loyola y Benjamín Ortíz, en el barrio de Pumarín. La mujer no solo se encontró la reja de seguridad del establecimiento forzada, sino la puerta de cristal del local fracturada y el interior totalmente revuelto. No había duda: habían asaltado el establecimiento durante la madrugada.

El desorden se debía a la búsqueda por parte del ladrón de dinero u otros objetos de valor. De la caja registradora logró llevarse unos mil euros, según calcula Luiza Elizabeta Istok, que abrió las puertas de su establecimiento hace ahora un año, y en el que se pueden encontrar todo tipo de productos tradicionales rumanos, como brânzâ (queso), caltabosi (salchichas) o mamaliga (una especie de polenta), entre otros.

Precisamente, el ladrón se llevó varios de estos productos alimenticios, como queso y repollo, y también algunas bebidas alcohólicas que los propietarios guardaban en la parte de atrás de la tienda. "Estamos haciendo ahora inventario para saber cuánto se llevó el ladrón", indicó la mujer.

Más que el valor de los productos sustraídos y el dinero robado -que no son una nadería precisamente-, a esta joven rumana le dolía sobre todo el desorden y los daños causados por el delincuente en la reja de seguridad y la puerta del establecimiento, que quedó completamente destrozada. "La reja debió forzarla con una palanca o algo parecido. La sacó del sitio y se coló por el hueco. Luego intentó forzar la puerta y terminó rompiendo el cristal", relataba a primera hora de la tarde de ayer la propietaria del comercio.

La mujer ha denunciado los hechos ante la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Oviedo. Un equipo de Policía Científica se personó en el lugar del robo en busca de pruebas para identificar al ladrón. No encontraron huellas dactilares, pero el delincuente sí dejó marcas de pisadas, que podrían servir para su localización y detención.

"Es la primera vez que nos roban y espero que sea la última. Es muy doloroso porque tú estás luchando todo el tiempo para poder salir adelante y viene otro y te roba con toda la tranquilidad del mundo", indicó Luiza Elizabeta Istok. Nadie escuchó ruido alguno que hiciese pensar que se estaba produciendo un robo. Las noches del sábado son bastante animadas en el barrio de Pumarín y hay mucha gente por la calle, lo que hace aún más extraño que nadie viera nada.

El comercio de Istok es uno de los establecimientos regentados por extranjeros que han proliferado en los últimos años en el barrio de Pumarín, uno de los más internacionales de Oviedo, con numerosa población rumana, marroquí e hispanoamericana.