Dorita García Blanco es una de las autoras asturianas más fáciles de reconocer gracias a su estilo propio. "Escribo mucho de sentimientos, en todas mis novelas, y este texto, una vez más, está cargado de ellos", señaló la escritora lenense, durante la presentación de su última novela, "La sensación y el abismo", la octava de su carrera y la cuarta del ciclo protagonizado por mujeres "La Fantasía del tiempo", que empezó en 2011. "Lo que me gusta a mí es escribir y escribir, lo de pararme a investigar es por obligación, porque si incluyes datos tienes que hacerlo", afirmó.

El acto, que se celebró en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, arrancó con una entrevista improvisada de la periodista Carmen Casal a la autora, en la que desveló algunos datos sobre la composición de esta novela. "Decidí el tema tras realizar varias visitas a una residencia de mayores y conocer el ambiente desde dentro. Y lo confirmé con el envejecimiento de la población que se ha asentado en Asturias". En esta novela, García Blanco cuenta la historia de Azucena, una mujer que, desde la residencia de mayores en la que reside, va desflecando su trayectoria vital, pasando por sus primeras decepciones en la infancia, sus conflictos familiares, sus amores tormentosos, su pasión por la poesía, y las diferentes sensaciones que la acompañan hasta llegar "a un abismo de fantasía". En esos "flashback" que García Blanco ha utilizado una vez más rompiendo la escritura lineal, "estoy más cómoda con este estilo de escritura", afirmó; la autora introduce cuidadosamente a diferentes personajes que describe de una manera esbozada pero definitoria, para que el actor termine de construir activamente. "Me interesa que el lector participe, lo hago para que vaya más allá". Así, consigue crear un texto que atrapar al lector de una manera obsesiva entre sus páginas gracias "al estilo, los personajes, la trama y la voz personal que caracteriza a la autora", tal y como señaló la filóloga Silvia Álvarez, que se encargó de dirigir una especie de taller de crítica de la obra en la que el público participó activamente y del que Dorita García se llevó un baño de elogios.