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TERESA VALDÉS SOLÍS | Coordinadora en Asturias del programa "Pint of Science"

"Un bar es un lugar espléndido para divulgar el trabajo de los científicos"

"Lo de ser 'de letras' no vale como excusa: usas móvil, tejidos sintéticos, bebes agua potable y tus residuos se reciclan; todo eso es ciencia"

La camarera Vanessa Villares sirve una caña a Teresa Valdés, ayer, en Oviedo. LUISMA MURIAS

Teresa Valdés Solís (Oviedo, 1976) es investigadora del Instituto Nacional del Carbón (INCAR), emplazado en La Corredoria (Oviedo). Su área de trabajo es la degradación de contaminantes mediante fotocatálisis (por efecto de la luz). Ella es la coordinadora en Asturias de la iniciativa de ámbito mundial "Pint of Science" ("Una pinta de ciencia"), que aspira a difundir cultura científica en los bares de Oviedo y Gijón, y que se desarrollará entre el lunes y el miércoles de la próxima semana. LA NUEVA ESPAÑA forma parte del elenco de patrocinadores de esta novedosa iniciativa impulsada por voluntarios y científicos de forma altruista.

-¿Son compatibles los bares y la ciencia?

-Por supuesto, hay mucha ciencia en la fabricación de la cerveza, por ejemplo, y en cómo tirarla bien. La ciencia está en todas partes, y en los bares también.

-¿Por qué difundir la ciencia en bares y no, por ejemplo, en boutiques?

-El problema de las boutiques es que los chicos son bastante reacios a entrar (risas). En serio, los bares son un espacio espléndido para estas cosas, un terreno conocido para todos. Son lugares que invitan a compartir, a discutir, a hablar sin preocuparse de lo que opinen los demás, sin miedo a hacer preguntas que puedan ser consideradas improcedentes. En "Pint of Science", todas las preguntas valen, y si tenemos que decir "no lo sé" pues tampoco pasa nada. Quizás en Asturias el paso natural para crecer sería hacerlo en un llagar o en una fiesta de prau, quién sabe.

-¿Un país con buenos bares produce más ciencia?

-¡Puede! Es un buen tema de tesis doctoral: analizar los bares, la calidad de la ciencia del país... Lo tendremos en cuenta.

-¿Una discreta ingesta etílica favorece la creatividad y mejora las entendederas?

-Una ligera dosis etílica tal vez nos predisponga a una mejor actitud ante las cosas nuevas e inesperadas, como encontrarte en un bar a científicos, micrófono en mano, contando cómo se ganan la vida.

-¿Será posible acordarse al día siguiente de lo aprendido?

-¡Esperemos que sí! Por lo menos acordarse de que existen científicos en Asturias que son capaces de contar la ciencia de forma asequible y apta para todos los públicos.

-¿Es adecuada una servilleta para crear un algoritmo magistral? ¿Y para tomar apuntes?

-Bueno, a estas alturas lo más fácil es grabar una nota de voz en el móvil. Pero hace unos años yo recibí una nota de mi jefe, un viernes por la mañana, escrita en una servilleta, en la que me proponía una explicación para unos experimentos que estábamos intentando entender. No sé si él se acordará; en cualquier caso, aquella explicación no fue la definitiva.

-¿En buena compañía se comprende mejor lo ininteligible?

-¡Claro! Tener alrededor gente con la que puedas expresar en voz alta tus dudas siempre aporta nuevos enfoques. Y a veces es mejor que no sean científicos

-¿Usted ha estudiado entre vasos y copas?

-Seré sincera: no.

-¿Se puede hacer ciencia con música de fondo?

-En nuestro laboratorio casi siempre está puesta la radio. Dependiendo de quién esté, suena música clásica, radiofórmulas... Para escribir los artículos y revisar datos en profundidad yo prefiero estar sin música.

-Oviedo y Gijón se incorporan a "Pint of Science".

-El año pasado seguí con mucho interés la iniciativa a través de las redes sociales, y pasamos envidia, de la sana, al ver el éxito que habían tenido las ciudades participantes. Conocíamos a algunos de los organizadores y, al ver nuestro interés, enseguida nos propusieron que incorporáramos una ciudad asturiana. La aventura comenzó con Oviedo, y Gijón se sumó al proyecto un poco más tarde.

-¿Cómo se han elegido los bares?

-Buscamos bares de tamaño adecuado, a poder ser diáfanos, para que se vea bien desde todas partes, y distribuidos en distintas zonas de la ciudad. La respuesta de la hostelería ha sido estupenda: nos han ofrecido muchos más locales de los que necesitábamos para esta edición. Confiamos en abrir nuevas colaboraciones en el futuro.

-¿Y las temáticas de las charlas?

-Las charlas se encajan dentro de seis temáticas generales. En las ciudades más grandes o con más experiencia se realizarán hasta seis sesiones simultáneas cada día. Nosotros este año nos hemos planteado un objetivo más modesto: cada día una sesión en cada ciudad. Tres sesiones en Oviedo y otras tres en Gijón, con tres temas: "nuestro cuerpo", "mente maravillosa" y "de los átomos a las galaxias". Queremos dejar al público con ganas de más, y tener posibilidades de crecer en las próximas ediciones.

-¿Contribuirá esta iniciativa a que la sociedad se comprometa de una vez con la ciencia?

-Cuando se pregunta a la sociedad sobre la ciencia no suele salir mal parada. Lo que pasa es que a veces la vemos lejana: eso es lo que queremos desmitificar. La ciencia está en todo lo que nos rodea. Lo de ser "de letras" no vale como excusa: usas móvil, vistes tejidos sintéticos, bebes agua potable y tus residuos se reciclan. Todo eso es ciencia... y mucho más.

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