Una mujer de 90 años, María Ángeles Escotet Álvarez, falleció ayer alrededor de la una de la tarde en un incendio declarado en su vivienda en pleno centro de Oviedo, en el número 2 de la calle Nueve de mayo, en el edificio de Salesas. La tragedia pudo ser peor porque en el momento del fuego también se encontraba en el piso su hija Pilar, de 54 años, con discapacidad psíquica. Por fortuna, un vecino de puerta pudo sacarla a tiempo al rellano y salvarle la vida. La fallecida se encontraba en el interior de su habitación y, según informó la Policía Nacional el fuego se declaró en el colchón de la cama. Una de las hipótesis que se baraja es que la mujer, fumadora habitual según sus vecinos, se quedase dormida o se sintiese indispuesta tras encender un cigarrillo. En la vivienda residía una tercera persona, Marlen Puedmag, encargada de cuidar de las dos mujeres. En el momento del incendio había salido a hacer unos recados. Tanto ella como la hija de la fallecida fueron trasladadas al Hospital en ambulancia con una intoxicación leve por inhalación de humo.

Andrés Varga regresaba a su domicilio, en el 6º piso, cuando escuchó en el pasillo voces de mujer que pedían auxilio. "Oí gritar a una señora pidiendo ayuda y socorro. Le pregunté qué pasaba y me dijo que un incendio en el 6º R", explicó tras el suceso. Se armó de valor y entró en la vivienda para ayudar. Había mucho humo y tuvo que cubrirse el rostro con un trapo para poder respirar. "Entré y a la derecha, en una habitación, había una mujer. La cogí en brazos y la saqué fuera", manifestó en referencia a Pilar Frutos, la hija de la fallecida. Le dijeron que en la vivienda había otra mujer, y también intentó salvar a María Ángeles Escotet, pero ya no pudo. "Estaba en la habitación de la izquierda, pero había mucho humo y ya no pude", explicó.

El portero del edificio, Jesús Rivera, también intentó salvar la vida de una de esas vecinas que conoce de toda la vida. "Llegué hasta el salón, no pude continuar por el humo, era insoportable", explicó el hombre, apesadumbrado por el suceso.

Los agentes de la Policía Local de Oviedo fueron los siguientes en llegar al edificio. También intentaron rescatar a la mujer que perdió la vida, pero fue imposible. La puerta de la habitación estaba cerrada y acribillada por el fuego. El pomo quemaba. Pronto se dieron cuenta de que si había alguien dentro no podía haber sobrevivido. Siguiendo el protocolo, esperaron la llegada de los bomberos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) que se hicieron cargo de la situación. La intervención fue rápida, duró unos quince minutos y evitó que el fuego se propagase al resto de la vivienda o del edificio y los vecinos pudieron regresar a sus casas tras la actuación de los servicios de emergencia.