Aunque el campo de fútbol de Matalablima puede considerarse sin temor a errar como el más deteriorado de Oviedo, de las obras de mejora que los vecinos esperan no hay ni rastro. "Todo fueron promesas. En enero nos dijeron que en el mes de junio estaría todo arreglado, pero hasta ahora, nada de nada". El que así se manifiesta es Juan José Bolado, presidente de la Asociación de Vecinos de La Monxina, a la hora de hablar de un recinto que es "un peligro" por su mal estado, según la queja generalizada en el barrio y entre sus usuarios. De hecho, semanas atrás, una mujer perdió el equilibrio en los estrechos y empinados escalones de la grada, produciéndose la rotura de una costilla. "Los escalones son muy estrechos y empinados, de apenas unos cuarenta centímetros de ancho", precisa Bolado.

El rosario de arreglos que se reclaman es largo. Lo que más urge, por seguridad de los jóvenes jugadores, es reparar algunas partes del césped artificial, que fue puesto hace diez años. En la parte más deteriorada, el campo está literalmente hundido, lo que puede causar en cualquier momento una lesión a los deportistas.

El muro que está detrás de la grada "puede caerse en cualquier momento porque está en muy malas condiciones", apostilló el representante vecinal, que lo razonó de esta manera: "Tiene la anchura de un ladrillo y su base está siendo socavada por filtraciones de agua por el mal estado de la cuneta exterior, que no cumple su función", detalló Bolado.

Además, reclama también redes que eviten balonazos al público; de hecho, una espectadora estuvo a punto de presentar una denuncia por uno de ellos.

Corregir las goteras en los vestuarios y poner una barandilla a la altura de éstos y del bar, ya que hay un gran peldaño, son otras de las mejoras necesarias.