"Después de diez días largos de apretado ajetreo oficial pudo el padre Jesús Días hacer una escapada a su Jomezana natal. La aldea lenense que se cobija bajo la imponente mole de la peña la Portiella esperaba impaciente la llegada de un tan preclaro hijo, del hombre que rige los destinos, como rector magnífico de la grandiosa Universidad de Santo Tomás de Manila". En el reencuentro "surge el dicho gracioso,

en boca de una mujeruca de tez arrugada y salero en el hablar.

-Padre Jesús, fain falta brazos. ¿Ya se te olvidó segar? Todos ríen la pregunta.

-Lástima que no sea la época so; a más de uno iba a dejar mal.