Las promesas de los políticos no se olvidan en Trubia, sobre todo si el compromiso está ligado a proyectos y mejoras consideradas "fundamentales" para la localidad por parte de sus habitantes. El colectivo vecinal trubieco vuelve a levantar la voz para reclamar "la mejora del puente de las vías" y la puesta en marcha del proyecto del nuevo polideportivo, dos intervenciones "que se encuentran presupuestadas dentro del capítulo de inversiones y que ya deberían de haber comenzado a gestarse", explica Roberto Velasco, uno de los portavoces de los vecinos.

El puente al que se refiere Roberto Velasco está situado a continuación de la pasarela que cruza desde el barrio de Soto al núcleo urbano de Trubia. "Existe un acuerdo con Adif (el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) para que sea el Ayuntamiento el que se haga cargo de los trabajos de reparación, pero todavía seguimos esperando", explica el representante vecinal. Según sostiene Velasco, "es necesario que los trabajos se acometan cuanto antes porque es un paso muy utilizado y se encuentra en una situación que es peligrosa para aquellos que lo utilizan".

El polideportivo es otra de las cuentas pendientes. La parcela en la que se va a instalar el nuevo equipamiento ya fue adquirida por el Ayuntamiento el año pasado a la empresa que era propietaria del solar. El precio, según los vecinos, rondó el medio millón de euros. "Lo primero que queremos es que los trámites se pongan en marcha cuanto antes y que nos llamen para hablar sobre el proyecto. Nosotros tenemos mucho que decir sobre los servicios que va a incluir el polideportivo y sobre muchas cosas más relacionadas con esa infraestructura", señala Roberto Velasco.

Por otro lado, el colectivo vecinal de Trubia también denuncia la precariedad del sistema de servicios sociales en lo que respecta a esta localidad. "Cuando uno de los trabajadores se queda de baja no hay nadie que lo sustituya y las personas a las que atiende pagan las consecuencias. Hay que tener en cuenta que estas personas están al cargo de gente mayor, de familias que lo están pasando mal o de vecinos con movilidad reducida", señala Velasco. "Lo peor es que los casos se quedan sin seguimiento, es decir, que se van los profesionales que conocen a las personas y sus circunstancias".