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La música tiene futuro

La Escuela Municipal de Oviedo encara el próximo curso con el reto de ampliar el uso de tecnologías en sus aulas y repleta de planes para la Universidad Popular en proyecto

Carmen González Pumariega y su profesor Juan Antonio Fuego tocan la trompeta de varas en la Escuela de Música de Oviedo. miki lópez

En Oviedo, ciudad que presume de su amor por la ópera, la zarzuela y los conciertos sinfónicos, la música tiene un excelente futuro. El curso que está a punto de acabar es el del vigésimo aniversario de la apertura de la Escuela Municipal de Música y el centro, con 620 alumnos matriculados y 26 profesores, no para de crecer y embarcarse en nuevos proyectos, desde la incorporación de tecnología a las aulas hasta la oferta de formación para la Universidad Popular que impulsa la Concejalía de Educación del Ayuntamiento.

La directora de la Escuela, Gema Losa, explica que la programación musical de la Universidad Popular de Oviedo va a ser supervisada por la Escuela Municipal de Música. Sus profesores ya han hecho sus propuestas: clases vinculadas a las temporadas de zarzuela y ópera de la ciudad, de formación general, de introducción al jazz y de música y cine. No disimula su entusiasmo por ese nuevo reto que se les plantea para el próximo curso.

La Escuela Municipal de Música está introduciendo la tecnología en las aulas, pizarras digitales y ordenadores en los que estudiar composición o escuchar un concierto. El profesorado, cuenta la responsable del centro, ya ha realizado cursos de informática musical que aplica a las clases.

La matrícula se mantiene. A pesar de ser tiempo de estrecheces económicas los alumnos siguen llegando y en un alto porcentaje es de adultos. Estos ya suponen más de un tercio del alumnado del centro, según su directora, y algunos llevan en él, estudiando, más de una década.

Gema Losa echa en falta algo más de espacio, para atender al alumnado creciente. Poco más puede pedir, admite, y opina que el futuro de la Escuela "es prometedor".

"La Escuela de Música proporciona una formación sólida, trabajosa y que lleva tiempo, pero muy bien invertida. A los niños les proporciona capacidad de trabajo, porque compaginar el colegio con esto no es fácil", sostiene la directora de la Escuela de Música de Oviedo, Gema Losa. "Lo que se aprende en la Escuela de Música es un patrimonio para toda la vida", sostiene.

"Cada vez nos piden más colaboraciones. Hemos tocado para la Asociación de Libreros, en el Arqueológico, para los bomberos, en el concierto a favor de los refugiados del Campoamor", refiere Gema Losa. Lo dice con orgullo y asegura que a la comunidad educativa del centro le "gusta que todos disfruten de lo que pagan con sus impuestos".

Salir a la calle es para los alumnos y los profesores una experiencia emocionante y enriquecedora. Entre los muchos conciertos del año Gema Losa cita el que ofrecieron en el Fontán. "Viajamos a otros países y aquí tenemos escenarios de película", afirma.

La calidad "del material humano" con el que cuenta el centro en su plantilla docente y de las familias es lo que la responsable de la Escuela valora más.

Estas últimas semanas de junio los alumnos y el profesorado andan inmersos en las pruebas de ingreso en el Conservatorio, que curso a curso supera más del noventa por ciento de los aspirantes, un porcentaje que en muchas convocatorias se ha elevado al cien por cien.

La Escuela imparte clases a niños y adultos. Los primeros se organizan en dos niveles, el primero de cuatro a siete años y el segundo de los ocho a los doce. Para los adultos no hay límites ni restricciones de edad y entre ellos abundan los universitarios y los jubilados, que son los que tienen más disponibilidad horaria. "Algunos llegan pensando que va a aprender más rápido que los niños, pero no es así, el aprendizaje de la música lleva un proceso que requiere tiempo", advierte la directora.

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