"Con este día de sol a la gente le entra mucha sed, no se yo si vamos a tener suficiente sidra", bromeaba Juan García, el presidente de la Sociedad de Festejos de Trubia (Sofetru), poco antes de que se abriese la espita de la fiesta que tuvo lugar ayer en la localidad. Pero no hubo ningún problema. Aunque fueron muchos los que se animaron a participar en la "sidrada", ninguno se quedó con la boca seca. "No se calcular exactamente los litros que tenemos, pero la gente va a tener que beber mucho si quieren acabar con todas las existencias", adelantaba Rubén Arias, el tesorero de Sofetru.

El pistoletazo de salida sonó alrededor de las ocho de la tarde. Antes de esa hora ya se habían vendido un buen número de vasos a un precio de cinco euros, unos vasos cuyos propietarios podían llenar tantas veces como quisiesen en las en las terrazas de El bodegón de Trubia y la Sidrería El Bosque, dos locales hosteleros que se convirtieron en el epicentro de la "folixa" trubieca. "También sacaremos algo de comer para pasar la sidra", explicaba Arias.

El dinero recaudado durante la "sidrada" de ayer irá destinado a las fiestas que van a tener lugar en Trubia los días 8, 9, 10 y 11 de julio, unos festejos que el año pasado no se celebraron y que los integrantes de la Sofetru se han empeñado en recuperar. La intención es volver a reflotar unas fiestas que en su día fueron de las más esperadas en el concejo. "Antiguamente aquí había de todo. Teníamos desfiles de carrozas, había gigantes y cabezudos, un montón de bailes... Lo que nosotros pretendemos es devolverle eso al pueblo porque se lo merece", subraya el presidente de la Sociedad de Festejos de Trubia.

La fiesta de ayer se completó con "un poco de música" y con actuaciones de karaoke "para los más valientes".