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Ángel García Prieto: "El fado es sentimental y emocional"

En la proyección de ocho fados, recitados en español por De la Buelga, se repasó la situación del canto portugués

Joaquín de la Buelga, en primer término, y Ángel García Prieto, durante el acto de ayer. LAURA CARADUJE

El Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA se convirtió ayer, durante una hora, en una casa de fado portuguesa. "Y cuando canto mis fados hasta el mar se enternece" fue el título de este acto, que incluyó la proyección de ocho fados, que fueron acompañados de las explicaciones del psiquiatra, escritor y experto fadista Ángel García Prieto y del recitado de las letras en castellano a cargo Joaquín de la Buelga Prendes, fundador y director de La Caravana del Verso.

En definitiva, en el transcurso del evento se repasó la situación actual del fado, que en palabras de García Prieto "es una canción sentimental y emocional que nos permite construir nuestro propio fado al escucharlo, en el caso de que no entendamos su letra".

"Fado com dono" cantado por Aldina Duarte, fue el primero en proyectarse. "Diz quem já me ouviu cantar que, quando soa o meu canto, a terra inteira estremece; e os rios perdem o mar, e as pedras rolam de espanto, e até o mal se enternece", canta la fadista en la primera estrofa de este fado gitano.

El segundo fado, "A minha oração", fue elegido con intención por Ángel García Prieto, según adelantó durante la presentación. "Ahora que se habla tanto de laicismo frente a religión, en este fado se habla de laicos y creyentes, de tristezas y alegrías".

Además, lo cantó un agnóstico, Ricardo Riveira, que no obstante no dudó en afirmar que "siento que al cantar estoy hablando con Dios".

Después le llegó el turno a la cautivadora María de Nazaré, que cantó "Dá tempo ao tempo", a la que siguieron nada menos que Ana Moura, Rita Ruivo y después la increíble Carmiño, a la que le gusta decir que "el fado es como el mar, hay cambios, pero no los ves".

Ángel García Prieto en uno de sus comentarios explicó a los asistentes el origen del fado, "que nació en tabernas portuarias y prostíbulos hasta llegar a la sublimidad actual".

La última proyección del acto fue el siempre esperado fado "Lisboa menina e moça", que fue cantado por treinta y cinco artistas, que pusieron el colofón a una gran tarde fados.

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