Antonio Quesada Estangüi (Madrid, 1956) es el actual presidente del distrito 2201 del Rotary International, que engloba la zona noroeste de la Península. Esta organización busca a líderes empresariales y profesionales, universitarios y no universitarios, con el fin de prestar servicios humanitarios en sus comunidades. Quesada es además periodista especializado en comunicación corporativa y fue el socio fundador del club "Alcalá de Henares Complutense", en el que comenzó como rotario.
-¿Qué es ser rotario?
-Es tener la idea clara de que dentro de tu profesión y en tu vida personal tienes unos valores personales mediante los cuales favoreces a la sociedad de la manera que consideres más oportuna. Y siempre dentro del programa del club rotario al que pertenezcas, con la clara idea de devolverle a la sociedad parte de lo que ella ya te ha dado. Eso significa que si eres un líder empresarial y social reconocido por estos valores, se entiende que tienes una serie de posibilidades que pueden favorecer que se consigan llevar a cabo estos proyectos sociales que son necesarios.
-¿Cuáles son sus líneas de acción?
-Las que marca Rotary International, y son: el fomento de la paz, la prevención y resolución de conflictos, la prevención y tratamiento de enfermedades, el suministro de agua y saneamiento, la salud materno-infantil, la alfabetización y la educación. Un ejemplo, gracias a los rotarios casi se ha erradicado la polio en el mundo.
-¿Qué proyectos lleva a cabo el distrito que usted preside?
-Hay proyectos que son locales, que los desarrolla cada club, y luego otros que son zonales, para los cuales se asocian un grupo de clubes y los ponen en marcha. También hay proyectos a nivel de todo un distrito.
-Aquí en Oviedo, en concreto, ¿en qué proyectos han estado involucrados los rotarios?
-Colaboramos con la Cocina Económica, que ha venido a resolver algunos de los problemas básicos de personas que no han tenido la oportunidad de alimentarse todos los días. Otro en esta misma línea es el Banco de Alimentos. También colaboramos con otras organizaciones como Cáritas, en proyectos como "Calor y café" o el albergue Cano Mata, entre otros muchos.
-¿Qué hay de proyectos a gran escala?
-El continente africano es la zona más susceptible de recibir ayudas con estos proyectos. Se está dotando a la población de mecanismos de empoderamiento para que puedan ser autosuficientes en todos los sentidos. Con 'Casa África' estamos trabajando en diplomacia corporativa para que puedan desarrollar algunos proyectos agrícolas, industriales...
-Dados los intereses que manejan las grandes compañías, en muchas ocasiones contrarias a toda ética, ¿es compatible que trabajadores de estas empresas se integren en los rotarios?
-Los rotarios somos personas físicas. Lo que buscamos es que la persona tenga esos valores, y que los practique. Para estar aquí hay que demostrar una determinada ética, y si no lo haces es difícil estar. Todos los años celebramos una convención anual. En el contexto de la convención que desarrollamos en La Habana, creo que en 1938, Alemania, Italia, Gran Bretaña, los aliados, Japón... el mundo entero estaba enfrentado. Entonces, dado que el Rotary tiene implantación a nivel mundial, nos encontramos que en la misma mesa había enemigos rotarios. En aquel momento alguien se levantó de la mesa y dijo: 'No nos podemos enfrentar rotarios con rotarios'. Ahí fue donde adquirimos el compromiso con el mundo de potenciar la paz. Tanto es así que en la constitución de las Naciones Unidas (ONU) participaron 52 rotarios. El primer presidente de esta institución fue rotario. Nosotros estamos en la base de su creación, y tenemos una sede permanente allí.
-Tras una sentencia judicial el Rotary se vio obligado a aceptar mujeres entre sus miembros. Pero la cifra sólo llega a un 17%. ¿Sigue habiendo reticencia a su incorporación?
-Hubo una época en que a las mujeres incluso se las cogía por los pelos y se las metía en la caverna, todo eso ha existido. Pero los rotarios tenemos la amplitud de horizontes necesaria para entender que la mujer y el hombre son dos partes de la sociedad, y no hay ningún tipo de discriminación. No puede haber ningún club que prohíba la admisión a hombres ni a mujeres. Si trascendiera, sería cerrado.
