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Cristina San Miguel García

"Soy carbayona total, cuando hablo de mi ciudad se me iluminan los ojos"

"Me gusta mucho cocinar para los amigos y para la familia; de hecho, siempre hago de más para los que no saben andar entre fogones"

"Soy carbayona total, cuando hablo de mi ciudad se me iluminan los ojos"

Los amigos de Cristina San Miguel García son unos seres afortunados. No sólo por contar con su amistad y su simpatía, sino porque además pueden saborear todo lo bueno que ella prepara en su cocina cada día. Cristina, que habla con pasión de cuanto le gusta, y no es sólo cocinar, comenta que algunos de sus amigos se llevan de vez en cuando para casa, en un tupper, alguna de las elaboraciones ricas que elabora. Y son muchas. Lo recuerda ella sonriendo mientras empieza a preparar el plato protagonista de hoy: lomo relleno de verduras y queso de cabra.

Generosa y creativa, vital y enamorada de su trabajo como segunda jefa de recepción en un conocido hotel ovetense, Cristina pone siempre, entre los ingredientes de los diferentes platos que elabora, uno fundamental: el amor por lo bien hecho, por la cocina tradicional con un toque de innovación. "Buena parte de mis amigos no saben cocinar, son de los que andan siempre apurados y compran comida preparada, algo de lo que huyo. Yo siempre les reservo algo por aquí y además lo comparto con ellos encantada, me presta mucho. A mi me gusta mucho cocinar en mi casa, haciendo las fabas a fuego lento, nada de olla rápida, preparando comida sencilla pero muy rica y donde los ingredientes de primera calidad son fundamentales", señala.

Cuenta Cristina a que a los 19 años se fue a Francia aprender cocina y al tiempo francés. Ella, que también trabajó en Andorra, Barcelona y Madrid en diferentes hoteles, es licenciada en gestión y dirección hostelera, que cursó en Oviedo, su ciudad. "Yo es que soy una carbayona total, cuando hablo de mi ciudad se me iluminan los ojos. Es una ciudad preciosa que conserva su patrimonio de una forma impresionante. La zona que personalmente más me gusta es el casco histórico".

La cocina, la buena, forma parte indiscutible de su vida. Tanto es así que en breve publicará un blog muy personal destinado, como ella dice, "a gente que no sabe cocinar, con recetas muy sencillas y al tiempo originales, al alcance de todos los bolsillos y además saludables", recuerda. Y añade "la de hoy es muy fácil, lleva poco tiempo, está muy rica y además es sana porque tiene una buena combinación de verduras y proteínas".

Junto con los amigos también es muy importante en su vida su familia. Sus padres, Lorenzo y Mari; su abuelo Maximiliano, de 102 años, y sus sobrinos Guillermo y Nicolás, de dos y cuatro años, que pronto contarán con una hermanina, Alicia, hijos de su hermano Roberto y su cuñada Ángela. Eso sin olvidar, por supuesto, a su perrina Xana. "Soy una persona afortunada, tengo una familia estupenda y unos amigos maravillosos" dice ella mientras muestra, con orgullo, las fotos que dan fe de toda la gente que quiere y que la quiere. Y no sólo por cocinar bien. Más bien por ser como es. Única.

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