El Ministerio de Defensa tiene previsto ceder al Ayuntamiento de Oviedo dos edificios en desuso dentro del recinto de la Fábrica de Armas de Trubia -gestionada desde su privatización por la multinacional norteamericana General Dynamics- para la creación del centro de interpretación de la industria militar en el concejo.
En este proyecto, la "evolución" del Museo Militar de Trubia que se anunció por todo lo alto en 2003, no estarán los documentos históricos que se han venido acumulando a lo largo de lo más de 220 años que suma la fábrica. Y es que el fondo documental de la Fábrica de Armas de Trubia, cuyo traslado ha puesto en pie de guerra a la Corporación y a los vecinos, se irá definitivamente al Archivo Histórico Militar de Madrid. Un portavoz del Ministerio de Defensa aseguró ayer a este periódico que no hay otra medida posible ya que "estamos obligados por ley".
Se trata de la ley16/1995 del 25 de junio, que se refiere al Patrimonio Histórico Español, y se completó el 4 de diciembre con el Real Decreto 2598/1998 de Archivos Históricos Militares
En Defensa aseguran que lo que se trasladará a Madrid será un listado de nombres con los trabajadores que han pasado por la factoría trubieca a lo largo de sus más de dos siglos de historia. A cambio, Defensa se compromete a remitir una copia de los documentos una vez que estén digitalizados.
De igual forma, desde el Ministerio, que encabeza en funciones Pedro Morenés (PP), se ofrecerá al Ayuntamiento ceder la biblioteca y maquinaria de la fábrica -"no se moverán de Trubia", afirman- que ya no se utiliza para dotar de fondos al futuro centro de interpretación. Defensa está dispuesta a ceder dos edificios dentro de la fábrica de Trubia para albergar el centro de interpretación. Pero para dar este paso primero sería necesario firmar un convenio de cesión entre el Principado, el Ayuntamiento y el Ministerio. "Se trata de sacar más partido a lo que hay para que la gente pueda verlo y disfrutarlo, pero siempre en unas mínimas condiciones", afirma un portavoz del Ministerio.
Las posibilidades están sobre la mesa son varias: desde la residencia de oficiales, al casino de ingenieros pasando por el edificio que ocupaban los laboratorios (están en muy mal estado y necesitaría una rehabilitación integral). Lo que suena con más fuerza son los chalés del Vasco, fuera de la fábrica, y un almacén abandonado, frente a la factoría, que no chocarían con la actividad.
