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Agua y fiestas

Recuerdos al ritmo de la "Marimbas Punto Azul"

Manuel San Martín y Manolo Medero evocan sus años en la orquesta del baile de La Herradura

Manolo Medero y Manuel San Martín estuvieron en los mejores años de "Marimbas punto azul", la orquesta de las fiestas de San Mateo desde mediados de los años cincuenta hasta los setenta. Su escenario era el baile de la Herradura, en el Campo San Francisco, un recinto a los pies del kiosco de la música en el que se pagaba por entrar cuando los festejos duraban todo el mes de septiembre.

Estos dos músicos que han superado los 85 años se conocen desde niños. La música los reunió en la banda de la Fábrica de Armas de Trubia, dirigida por José Ros, con fama de haber sido el mejor bombardino de las bandas militares en España, que les dio los primeros conocimientos de solfeo. Su orquesta fue la más longeva de las que salieron de la banda de la fábrica, origen de "Negresco", "Jazz melodía", "Creación", "Boga", "River" y, años más tarde, "Siboney" y, ya en los sesenta, de conjuntos como "Los Jotas".

Manolo Medero (Teverga, 1932) tocó el saxofón, la corneta y el violín. Es Manolo por llamarse Manuel Eusebio Álvarez López y es Medero porque ese era el nombre de su abuelo. Se crió en el barrio de Junigro, porque su padre trabajaba en la Fábrica de Armas, y pasó allí más de treinta años. Ahora reside en el Cristo.

Entró en la banda a los 13 años, poco antes de ingresar de aprendiz en la fábrica. En la adolescencia formó la orquesta "Boga", con otros siete amigos de la banda y tocaron por toda Asturias pasodobles, tangos y boleros, siguiendo las partituras de Música del Sur.

Manuel San Martín (Trubia, 1929), casado, un hijo, es un producto humano de la fábrica de armas. Su bisabuelo fue enterrado en un cementerio que había detrás del taller de laminación. Su padre era un obrero de primera y él entró de botones a los 14 años. Entonces empezó a tocar. "La música daba dinero y hacía falta. En casa éramos ocho hermanos y mi padre cobraba 14,50 pesetas al día. Yo tenía un jornal de 5,5 pesetas que le daba a mi madre. Tuve dos hermanos más en la orquesta: Ovidio, que tocaba el trombón y Próspero, el clarinete. Cuando Próspero emigró a Brasil, la banda fue a despedirlo a la estación del Norte".

Los dos amigos vinieron en tren a Oviedo dos veces por semana durante cuatro años para recibir clases de violín de don Prudencio, solista de la Sinfónica de Oviedo. Lo dejaron cuando ya se defendía con el instrumento en la orquesta porque no podían estudiar las cuatro horas diarias que eran imprescindibles a partir del quinto curso.

A los 15 años, San Martín entró en la orquesta "Punto azul" para tocar la trompeta. "Éramos siete músicos". El cambio de nombre tiene que ver con Gijón. "Nos contrató el 'Somió Park' para tocar todos los sábados, domingos y festivos de la primavera. Al dueño, José Magadán, el nombre le parecía un poco soso y nos preguntó si podíamos llamarnos "Marimbas- Punto azul". Le dijimos que sí y al acabar la temporada optamos por dejar el nombre".

Manolo Medero entró en la "Marimbas" al regresar de la mili, en 1950. Ensayaban tres días a la semana durante todo el año, fundamentalmente en el garaje de Manuel San Martín. Su repertorio inicial incluía, obligatoriamente, "La vaca lechera" y también "La cumparsita", "Bésame mucho", "Coimbra", "Perfidia", "Rocío, ay mi Rocío". Los domingos, después de ver al Real Oviedo, tocaban en "Casa La Morena" y en el "cine Nora" de Lugones. Los lunes tocaban en el "Elefés" de Sama. Recorrieron toda Asturias, viajando en taxi. En Gijón animaron los bailes del "Jai Alai", "El Jardín", el Grupo Covadonga, el "Acapulco" y las verbenas de La Calzada y del puerto.

Sus primeros recuerdos de La Herradura y de Oviedo son de 1955, de la Quincena comercial, cuando vino el productor de cine Cesáreo González con los actores Aurora Bautista y Vicente Parra. San Martín evoca artistas que pasaron por la capital: "José Moro, el mejor trompeta de España y el saxofonista Pedro Iturralde. El último día de La Herradura era el baile de la Ópera que se hacía en el Teatro Campoamor y vinieron "Los Fachendas", de Barcelona, considerada la mejor orquesta de España. Tocamos también en las ruinas del Hospicio, actual Hotel Reconquista. Cholo Boix, un destacado cantante de la Marimbas era amigo de Pucho Boedo, solista de "Los Trovadores", que luego formó un conjunto en Madrid". "Ahora tiene calle en La Coruña", apostilla Medero.

Los grandes vocalistas de la orquesta fueron Rafael Miaja; Pepito Suárez, al que le iban las canciones mexicanas y Cholo Boix, una voz de cantante ligero, más moderno. Cuando estaba Medero acababan sus actuaciones con un popurrí asturiano. San Martín recuerda que "cantábamos un 'Asturias, patria querida' con una estrofa más que dice: 'Después de haberla cogido (la flor) / y haber pisado la nieve / se la daré a mi morena / que dicen que no me quiere'. Ahora no la sabe la gente".

Medero rememora que tocaron con Antonio Machín y al acabar su actuación, "empapado, me dijo, no se me olvida, 'he sudado como un negro'. Era muy educado". También actuaron con Jorge Sepúlveda, con la eurovisiva Salomé, "una de tantas" y con Roberto Inglez", un pianista escocés nacido como Robert Inglis, que colaboró con Lucho Gatica.

Entrar en La Herradura no estaba al alcance de todos. "Veníamos del Café Cervantes o de cenar en La Gran Taberna y nos esperaban chavales de nuestra edad para que los metiéramos. Porfi, que siempre estaba a la puerta, me decía "San Martín, ¿cuántos traes?".

Trabajaban con uniforme. San Martín afirma que lo cambiaban "casi todos los años. El padre de Massiel, que era sastre, nos hizo uno y luego nos quería llevar a Líbano, a tocar al extranjero".

Actuaban más de cien días al año: veintiséis días en agosto, quince en julio, todos los fines de semana del año, todas las fiestas de San Mateo? "La orquesta pagó los estudios de mis dos hijas", asegura Medero. A cambio, "había que sacrificarse, tocar hasta la noche y trabajar por la mañana. La empresa levantaba la mano con el horario de entrada. Medero actuó durante catorce años en La Herradura. "Iba mucha gente". En 1969, durante todo el mes de San Mateo, entraron 68.289 personas.

Medero dejó la orquesta en 1970 para trabajar de delineante proyectista en Perfrisa, la fábrica de tubos de Mieres. Abandonó la vivienda de la fábrica y compró piso en Oviedo. Los primeros meses le costó pero luego el trabajo absorbió toda su atención. Aún se entretiene tocando en casa.

San Martín, en cambio, siguió hasta el final y su vida está muy definida por la orquesta. Dejó la fábrica porque no podía tocar por las noches y trabajar sin dormir a la mañana siguiente. Empezó trasladando a la orquesta en el coche y luego pasó a dedicarse al taxi.

Recuerdan a Fernando Laviana, buen trompeta, amigo y músico, que está vivo. Y a Caíto, Ricardo Fernández Álvarez, que murió el pasado 4 de septiembre. Uno de sus cantantes vive en Oviedo.

La última actuación de la "Marimbas Punto Azul" fue una Nochevieja en el Hotel Reconquista, según San Martín. "Nos despedimos con una composición de Abel Castañeira, que fue director de la orquesta: 'Prepárense para marchar, que ya el baile va a acabar, a sus amigos digo adiós y todo juntos vámonos, adiós, adiós, adiós adiós, adióóóós'".

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