"Lo que pasa en Santullano se queda en Santullano". Un poco en broma y un poco en serio, con una carcajada mediante, un concejal resumió así el buen rollo que transmitieron ayer los ediles asistentes a las actividades organizadas por "Imagina un Bulevar" para transformar lo que ahora es una entrada de una autopista, la "Y", en el bulevar de Santullano que aspira a ser: una calle sin los ruidos de ahora, humanizada, con pasos de cebra y actividades lúdicas.

Allí, en mitad de la calzada que sale de la ciudad por la que los coches desaceleran por temor al radar, ediles de todos los partidos excepto de Ciudadanos se divirtieron juntos con juegos de los de antes: saltando a la comba y jugando al cascayu. Gerardo Antuña, Covadonga Díaz y Fernando Fernández-Ladreda del PP, Ana Taboada, Ignacio Fernández del Páramo e Isabel Bermejo de Somos, Diego Valiño del PSOE y Cristina Pontón de IU.

El asunto no sería novedad si por los pasillos municipales no se comentara, una y otra vez, que existe una tensión "impensable" años atrás. Tensión en todas las direcciones, gobierno con gobierno, gobierno con oposición y oposición con oposición. "La tensión es por culpa de unos pocos. La mayoría nos llevamos bien", sostiene un edil, que admite choques pero "aislados".

Aislados se trataron de quedar ayer los asistentes al paseo en silencio que se organizó por la calzada. Se trataba de escuchar el "paisaje sonoro" de Santullano, de sentir que hay otro Santullano sin coches ni ruidos de motores. Porque en eso, en una calle más amable para los vecinos, en un espacio "más abierto y más integrador", es en lo que pretende el tripartito convertir el bulevar. Ayer se colocaron pasos de cebra de mentira, hubo paseos en bicicleta, juegos infantiles y un aperitivo popular. Todo fue una especie de simulacro de lo que se podrá hacer en el futuro Bulevar. Y de lo que se podrá oír.