Estaba cantado que el destino había elegido Asturias como el lugar donde echaría raíces María José González Talavera, nacida en el pueblo de Arroyo de la Luz, en Cáceres y que ya lleva diez años en el Principado, donde ha fundado una familia junto a su marido Juan, padre de su hija Leonor, de cuatro años. María José González, "Mary" para los amigos, es una mujer de voz suave y tranquila, enamorada del lugar en el que vive y también de sus nietos, una niña de ocho años y un niño de cinco, hijos de una de sus hijas mayores, Laura, quien reside en Extremadura, mientras que Mari Paz, como su madre, también decidió quedarse a vivir en Asturias, concretamente en Lugones.
Esta joven abuela de 46 años es una mujer multifacética y que, desde que llegó a Asturias, trabajó en diversos sectores. Tiene el título de auxiliar de veterinaria, pero no ejerce como tal en estos momentos. "Era mi profesión cuando vivía en Extremadura, pero aquí, después de trabajar en una clínica en Gijón, no he vuelto a encontrar nada", matiza. Sin embargo, sí ha trabajado en otras ocasiones en el sector de hostelería, como es el caso actual, en el que atiende el comedor en un conocido restaurante de Anieves, en Oviedo. "Me encanta mi trabajo y disfruto mucho con el contacto con la gente", señala esta mujer que tiene también muy buena mano para la cocina, como dicen quienes bien la conocen. Ella, sin embargo, es modesta y le quita importancia, mientras prepara el salmorejo que hoy protagoniza esta página.
Y no sólo cocinar. Coser también se le da muy bien. Y es que, confiesa, "de joven aprendí corte y confección, siempre me gustó mucho coser. De hecho cuando tengo un poco de tiempo libre hago algunas cosinas como paños, cojines, caminos de mesa, esas cosas". En la cocina afirma que prefiere los platos de cuchara. "Se me da bien cocinar pote o fabada. Uno de los platos que más me gusta hacer es el arroz con pitu", subraya.
Aunque su labor se desarrolle en un establecimiento en el concejo de Oviedo, lo cierto es que va muy poco a la ciudad. Ella y su marido son amantes de la naturaleza y la zona rural. Por eso buscaron una casa que tuviera terreno y espacio para sus dos perros y para poder pasear por el entorno. "Buscábamos una casa con esas características y encontramos esta en Les Pieces, en Langreo, donde, además, estamos encantados con nuestros vecinos. De Oviedo me gusta el Naranco y también el campo San Francisco. De Asturias, mi lugar favorito es Covadonga, hemos ido varias veces, y también me gusta mucho Rodiles".
Y es que a Mary le brillan los ojos cuando habla de la tierra en la que vive. "Llevo diez años viviendo en Asturias y me encanta, me enamoré de esta tierra desde primera vez que vine a ver a mis tíos a Lada, y ahora ya no quiero vivir en otro sitio", añade.
