Manuel Fernández de la Cera, exconsejero de Educación, Cultura y Deporte del Principado, profesor de Filosofía y alumno de la persona homenajeada ayer, resumió con una frase -"en 50 años no hubo fiesta comparable a la de escuchar a Gustavo Bueno"-, el entusiasmo e impacto que el catedrático y pensador riojano-ovetense causó en su discípulos y aun en círculos más extensos durante varias décadas.

De la Cera participó ayer en el homenaje al filósofo Gustavo Bueno Martínez (Santo Domingo de la Calzada, La Rioja, 1 de septiembre de 1924-Niembro, Asturias, 7 de agosto de 2016), organizado por el Centro Riojano en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Junto al ex consejero intervinieron Julián Ruiz-Cantabrana Díez, presidente del Centro Riojano; Antonio Masip Hidalgo, ex alcalde de Oviedo y ex eurodiputado, y Tomás García López, secretario de la Fundación Gustavo Bueno.

Ruiz-Cantabrana se remontó a Santos Bueno Roqués (1854-1926), y a Gustavo Bueno Arnedillo (1885-1975), abuelo y padre del filósofo y ambos profesionales de la medicina. El primero de ellos tuvo "inquietudes literarias y políticas, se enroló en la tercera Guerra Carlista". Ello era propio en una "familia tradicionalista y católica". Bueno Roqués y Bueno Arnedillo llenarán "alrededor de ochenta años en la atención médica a Santo Domingo de La Calzada". Respecto a su padre -recordó Julián Ruiz-Cantabrana-, "Gustavo Bueno Martínez decía que era un filósofo que ejercía de médico", circunstancia avalada por un libro escrito por Arnedillo y titulado "Evolucionismo y resurrección". Ambos médicos "fueron queridos y respetados en Santo Domingo, donde todavía hoy son recordados", indicó el presidente del Centro Riojano, que tuvo al filósofo como "socio honorífico".

Por su parte, Manuel de la Cera, como discípulo, describió "que don Gustavo no se repetía nunca y era tan creador que siempre nos sorprendía", y agregó: "Era un regalo para nosotros, una voz magistral que desinteresadamente se prodigó de modo incansable; le debemos gratitud para siempre".

El exconsejero también recordó la reacción de Felicísimo Valbuena -catedrático de Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense-, al conocer la obra de Bueno: "Él nos dijo que era comparable a cualquiera de los grandes clásicos".

Viniendo al presente, De la Cera se preguntó: "¿Qué diría don Gustavo de una huelga de padres, anunciada hoy, contra los deberes escolares?". La respuesta la obtuvo al evocar que "en el colegio mayor San Bartolomé de Salamanca, donde él vivía, sus compañeros asturianos decían que era el único colegial del que se sabía siempre dónde estaba: o dando clase o estudiando".

Lo mismo sucedió siempre en su "domicilio de la avenida de Galicia, donde un vecino contaba que a cualquier hora de la noche veía encendido el flexo de don Gustavo".

De la Cera elogió especialmente de Bueno que "fue de los primeros en señalar el grave tema del problema catalán, y también en avisar que el camino de Europa no era un camino de rosas".

Finalmente, sacó a colación "un comentario de Marino Pérez, catedrático de Psicología, que se preguntó por qué no había sido más extenso su reconocimiento, pero el número de artículos publicados tras su fallecimiento sí pertenecen a ese gran reconocimiento". Gustavo Bueno practicó la "virtud de la fortaleza, con firmeza en el propio ser y generosidad para con los demás", concluyó Manuel de la Cera.

Antonio Masip hizo referencia a que su familia compartió raíces riojanas con el filósofo, pero "sin saber nada de nuestras pasadas generaciones, conocí, traté y admiré a Bueno en esta ciudad, de la que fui dos veces alcalde siendo él uno de los ciudadanos más ilustres y representativos".

"Su magisterio era un auténtico espectáculo que no se reducía a los estrictos alumnos matriculados, sino a otros muchos ocasionales, como fue mi caso", agregó el ex alcalde.

Y Tomás García López, que fue presentado como "quien más conoce de Bueno como filósofo y persona", orientó su intervención a examinar "a través de la hemeroteca los vínculos filosóficos de Gustavo Bueno con Masip, De la Cera y Ruiz-Cantabrana", así como con "periodistas de esta casa, LA NUEVA ESPAÑA". Por ejemplo, García López mencionó a Javier Neira, periodista y columnista del periódico.

A través de esos entrelazamientos entre Gustavo Bueno y los presentes en la mesa del acto de ayer, Tomás García fue repasando las etapas y las obras del filósofo, "español, riojano y asturiano".