Una detención con persecución a pie incluida dejó con la boca abierta a decenas de madrileños el sábado por la tarde. Los protagonistas fueron un policía nacional destinado en Oviedo y un atracador violento con numerosos antecedentes por robos con intimidación y cuatro órdenes de ingreso en prisión. El escenario, el barrio de Salamanca. La causa, el asalto a una farmacia.

El agente estaba libre de servicio y de viaje en la capital cuando vio que un hombre que sostenía dos cuchillos de grandes dimensiones salía corriendo de una farmacia empujando a dos empleadas para cruzar la puerta. Tras confirmar que se había producido un asalto, empezó a perseguirlo por la calle a toda velocidad mientras llamaba al 091 para alertar a los colegas madrileños y facilitarles su posición.

En su loca huida, el atracador intentó llevarse un taxi, una ambulancia y un coche particular con sus ocupantes dentro, que incrédulos se atrincheraron lo mejor que pudieron en el interior y evitaron que el delincuente se saliera con la suya. Además, por el camino amenazó de muerte al policía tanto verbalmente como enseñándole los cuchillos que llevaba encima y provocando la alarma en la vía pública, donde los ciudadanos también corrían, pero para quitarse de en medio y ponerse a salvo.

Los refuerzos de la Jefatura Superior de Policía de Madrid llegaron uniformados a los pocos minutos y consiguieron reducir y detener al delincuente que, lejos de rendirse, les hizo frente amenazándoles con los cuchillos y cebándose especialmente con el agente destinado en Oviedo, que iba de paisano.

El atracador es un delincuente habitual que tenía vigentes cuatro órdenes de detención por delitos similares, dos de ellos con orden de entrada en prisión.