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MIGUEL MORÁN | Experto en motivación, ofreció ayer una conferencia en Transinsa

"Un técnico sanitario puede tranquilizar a un herido con su mirada y las preguntas clave"

"El cliente más difícil de un profesional de desarrollo personal y motivación es un cargo directivo porque apenas escucha"

Miguel Morán, ayer, durante su conferencia en Transinsa. LUISMA MURIAS

El trabajo de Miguel Morán (Ablaña, Mieres, 1960) consiste en escuchar y ser escuchado. Ingeniero y psicólogo, completó su formación hace unos años con un curso sobre gestión emocional en la Universidad de Salamanca y un lustro en Estados Unidos para profundizar en técnicas motivacionales. Hoy en día se ha convertido en "coach" y preside la empresa RHO, con base en Gijón, especializada en desarrollo de personas y organizaciones. Como parte de su labor, ayer impartió una conferencia en la sede de Transinsa (Transportes Integrales Sanitarios de Asturias) que se enmarca en la programación especial para celebrar el décimo aniversario de la compañía.

-¿Qué es un "coach"?

-Alguien que ayuda a una persona o a un grupo a ver una realidad mejor, más positiva, y a conseguirlo con los medios de los que dispone. Me gusta decir que el "coach" saca de la ceguera a la gente. Yo asesoro en esta tarea a personas individuales o a pequeñas y grandes empresas. En la lista está Repsol, Dupont, Crivencar, o, como ahora, Transinsa.

-¿Todo el mundo necesita un "coach" y se deja aconsejar?

-El cliente más difícil de un profesional de motivación es un directivo porque apenas escucha. Suele estar muy ocupado, apenas tiene tiempo y su nivel de rendimiento es muy alto. Además, maneja un lenguaje propio que hay que entender.

-El título de su conferencia es "Disparando emociones positivas en la primera intervención sanitaria". ¿Cómo pueden lograrlo los técnicos sanitarios?

-Un técnico sanitario puede tranquilizar a un herido con su mirada y preguntas clave. El "coach" busca que estos profesionales provoquen en el paciente tres emociones básicas: la existencia, la confianza y el empoderamiento. El paciente debe sentir que está vivo, tiene que fiarse de los que le están tratando en ese momento y saber que sigue teniendo poder y capacidad de decisión sobre sí mismo. Por eso, los sanitarios de ambulancia les hacen preguntas concretas o se sientan a su lado de una manera especial.

-¿En qué consiste ese protocolo exactamente?

-Los profesionales usan claves emocionales, corporales y conversacionales. Deben ser capaces de medir las emociones del enfermo y en caso de que sean muy negativas, cambiarlas a positivo. Una simple pregunta como si quiere que llamen a su pareja, o si prefiere ir sentado, puede hacer sentir mejor al enfermo. Es importante mirarle a los ojos, sentarse en paralelo a su cuerpo y llegar al contacto físico si sufre mucho. El sanitario es el líder en ese momento y controla la situación.

-¿Cuál es la debilidad de un técnico sanitario?

-Les afectan especialmente las desgracias de los niños. Trabajamos mucho con ellos terapias preventivas para evitar caer en los sentimientos negativos.

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