"Food trucks", colchonetas hinchables, pintacaras, música, exposición de fotos y dibujos y muchas voces roncas. Las afonías delataban a quienes se habían animado a cantar con la banda de Joaquín Sabina la noche anterior. Más de 450 personas, 120 de ellos niños, se reunieron ayer en las instalaciones de Transinsa -en la foto- para celebrar los primeros 10 años de vida de una empresa que atiende una media de 1.000 pacientes diarios en toda la región. Y el ambiente fue muy cercano. Tanto que la frase "somos como una gran familia" se paseó por los labios de la mayoría de los presentes. Uno de ellos, Carlos Paniceres, consejero delegado de la empresa, quien destacó que "sin el personal Transinsa no sería nada". Las mejores tecnologías y equipamientos del mercado, que forman parte del capital de la compañía, son eclipsadas "por la gran calidad del componente humano".