Guillermo Herrero repasó ayer los diez años de historia de la asociación Arama (Asociación para la Recuperación de la Arquitectura Militar Asturiana) , en los que han comprobado que "el patrimonio militar en Asturias es grande y variado", con muchos kilómetros de trincheras y más de quinientos nidos de ametralladoras. Herrero, que es miembro de la junta directiva de la asociación, reconoció que ha habido fracasos en esta década de historia, como en el caso de la construcción del HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias), en la que fueron arrasadas buena parte de estas trincheras.

Herrero intervino en el coloquio que el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, dedicó ayer a los diez años de Arama y en el que también intervinieron Artemio Mortera, historiador y autor del libro "Estudio histórico del sector militar Colloto-Lugones en el frente de Oviedo durante la Guerra Civil", que presentó con ocasión de ese aniversario, y José García, catedrático de Historia. El ingeniero Antonio López presentó el acto. Todos ellos son miembros de la junta directiva de Arama.

"El entorno de Oviedo y el pasillo de Grado son extremadamente ricos en patrimonio militar y las autoridades municipales deberían tenerlo en cuenta porque sería un elemento dinamizador de su economía", destacó Herrero.

Las obras realizadas en la sierra Pedrosa Bufarán, la recuperación de las trincheras de Grado, la revalorización y señalización de las fortificaciones costeras de Gijón y en Pola de Gordón son algunos de los éxitos en los que, según explicó, está implicada Arama.

José García, por su parte, explicó que la primera excavación científica sobre el patrimonio militar data de hace dieciséis años, con motivo de las obras del AVE, en Madrid, en el Cerro de la Gavia.

Se refirió también al libro "Volver a las trincheras", de Alfredo González Ruibal, convertido en un "best seller" y que pronto se va a traducir al inglés. Asturias tiene una importante presencia en sus páginas, explicó.

La primera excavación en la que se reseñó la existencia de restos de la Guerra Civil fue la de la Foncalada, en Oviedo, a mediados de los años noventa del siglo pasado.

El acto concluyó con la presentación del estudio realizado por Artemio Mortera, autor de más de veinte libros sobre la Guerra Civil, sobre el sector militar Colloto-Lugones, en Oviedo, que va de la fábrica de armas de La Vega a Fitoria y que contaba con seis líneas de trincheras. En ese sector, indicó Mortera, sobrevivió el mayor número de fortificaciones de esa etapa bélica en Oviedo.