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De fabricar armas a vender arroz

Pepe Álvarez, uno de los 55 despedidos de la factoría de Trubia, celebra su exitoso reciclaje al frente de una tienda de alimentos que despacha a granel

De izquierda a derecha, Maite Álvarez, Beatriz Barrero y Pepe Álvarez, en la tienda. MIKI LÓPEZ

Cuando una persona se queda sin empleo tiene dos opciones: ir directamente a la cola del paro y esperar que aparezca otro trabajo o apostar de forma decidida por un proyecto en el que crea firmemente. Si es así, aconsejan el aval de un estudio serio de mercado antes de convertirse en emprendedor. Éste es el caso del ovetense José Celestino Álvarez Tamargo, más conocido como Pepe Álvarez, de 40 años de edad. Él es uno de los 55 trabajadores que fueron despedidos de la Fábrica de Armas de Trubia, donde trabajaba como técnico en la unidad de tratamientos superficiales de la empresa armamentística.

"Fuera del desenlace laboral que tuve en la Fábrica de Armas, que lógicamente no fue agradable, el hecho de tener un proyecto en el que estaba trabajando, aunque inicialmente era para mi mujer, Beatriz Barrero, y otra persona, fue determinante para mí a la hora de afrontar la pérdida del trabajo", comenta Pepe Álvarez.

Hace un año abrió en Oviedo la que entonces era la primera tienda de productos a granel de Asturias, a la que puso el nombre clariniano de Fermín de Pas, en la calle González Besada, y lo hizo en el mismo local en el que abrió en la primera mitad del pasado siglo la primera tienda de ultramarinos de la calle, El Asturiano.

A las posibles personas que estén sin trabajo y que decidan convertirse en emprendedores, lo que les aconseja es que hagan lo que él: "Nuestro estudio de mercado, que duró dos años, fue serio, reposado y con un rigor extraordinario. Nos jugábamos mucho y no nos podíamos permitir el lujo de fracasar", puntualiza Pepe Álvarez. El peso del estudio lo llevó su mujer, ya que tenía experiencia en el mundo empresarial.

"El tiempo terminó por darnos la razón. La clave es siempre encontrar un nicho de mercado y después elegir la ciudad y, sobre todo, la calle para instalarse", aconseja el ahora feliz tendero.

En sus estantes, sacos y cajones tienen casi novecientos productos distintos. "El estudio se basó en los productos que muchas veces no llegan a la gente, o que por estar envasados nos obligan a comprar en cantidades que no necesitamos. Por eso, el granel es perfecto, compras lo que necesitas. Es una línea nueva, pero con raíces en los antiguos graneles de siempre. Es una corriente alemana, que en Barcelona nunca se perdió y que en Madrid está resurgiendo con mucho auge", detalla Pepe Álvarez.

Los productos más singulares: setas liofilizadas, pimientas como la de Jamaica para repostería, agar-agar, cúrcuma, una de las especias más demandas porque tiene muchas propiedades y es muy versátil, y así hasta llegar casi a 900 productos. Pero la especialidad de la tienda son los arroces, tiene más de veinte variedades, ya que existe un arroz para cada plato. Y es que en el Norte se está cogiendo mucha cultura de arroces. Aunque tal vez el producto estrella es un pan saludable que desarrolló la Universidad de Cantabria junto con el nutricionista ovetense Ramón de Canga.

"Después de un año el balance no puede ser más positivo, aunque por ser pioneros las cosas van más lentas, pero tuvimos una buena acogida porque el producto una vez que el cliente lo prueba repite; lo que nos anima a continuar incorporando otros nuevos a la tienda", cuenta con entusiasmo emprendedor este antiguo técnico de Trubia.

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