La revisión crítica que César García de Castro y Sergio Ríos trazan de la historiografía académica, y su rechazo de un relato más o menos oficial del origen de la ciudad ha generado rechazo entre los discípulos de algunos de los investigadores cuyas teorías ponen en tela de juicio, tanto por el fondo como por las formas. María Pilar García Cuetos, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, reivindica la figura de Juan Ignacio Ruiz de la Peña, uno de los autores citados en el trabajo: "Mientras no tengamos pruebas fehacientes, lo que para mí va a misa son los estudios de mi maestro, Juan Ignacio Ruiz de la Peña".

A juicio de García Cuetos, los arqueólogos adoptan un tono inadecuado a la hora de exponer sus tesis: "Un científico nunca debe ser tan taxativo en Humanidades. Todo lo que sabemos es revisable, evidentemente, pero cuando queremos cambiar radicalmente todo tenemos que estar muy seguros. Precisamente, Ruiz de la Peña me enseñó a dudar de todo, pero a cambiar los paradigmas sólo cuando estamos seguros, y siempre con prudencia".

La catedrática lamenta, no obstante, que se discutan las tesis de Ruiz de la Peña cuando ya no puede defenderlas: "Me resulta doloroso que se haya esperado a su fallecimiento para tratar de desmontar sus estudios".