Los lametones húmedos y cariñosos de los perros no siempre son agradables para sus dueños. Hay personas que prefieren evitar este tipo de besos e intentan enseñar a sus mascotas a no ejecutar ese comportamiento. Otras muchas personas rechazan que sus perros muestren ese tipo de cariño con ellos.
A través de la lengua, los animales demuestran su afecto. Un beso en versión canina es comparable a una caricia humana.
Tanto para los que adoran los lametones de los canes como para los que los repelen, existen diferentes argumentos y razones.
En primer lugar, cabe desmentir el dicho de que las bocas de los perros son mucho más limpias que la de los humanos. La realidad es que las bocas de los animales y las de las personas tienen sistemas inmunes diferentes. Es por esto que los microorganismos de la boca de un can que puedan entrar en el cuerpo de un humano, propician el crecimiento de defensas reforzando así su sistema inmunológico. Los bebés y niños que crecen rodeados de mascotas suelen tener menor probabilidad de padecer alergias.
También es cierto que los amigos perrunos suelen oler y lamer todo lo que se les pone por delante y pueden contagiar algunas bacterias a través de un beso. A pesar de que es imposible que un animal trasmita una bacteria a una persona, el riesgo de contagio es muy bajo ya que, tal y como afirman los expertos, son más numerosas las ocasiones en las que la persona contagia una enfermedad a un perro, y no al revés.
Besar y abrazar a las mascotas hace sentirse más cercano a ellas y es porque este tipo de muestras de afecto libera un químico en nuestro cerebro llamado oxitocina. Este mismo efecto se produce con las relaciones humanas.
Para dar y recibir lametones caninos y evitar cualquier tipo de riesgo es recomendable tener el calendario de vacunación del perro al día, desparasitarlo y que acostumbrarse a mantener su dentadura cuidada.
