"Desde hace casi un mes, una descomunal montaña de barro hace las veces de jardín de recreo para los niños de la calle Leopoldo Alas. Los niños la escalan y la descienden despreciando la suciedad y el peligro, jugándose literalmente el tipo sobre una altura de unos quince metros. La calle es propiedad del Ministerio de la Vivienda y a él le corresponde arbitrar las medidas indispensables para que su estado reúna las mínimas condiciones de urbanización y pase, así finalmente, a la jurisdicción municipal. Por todo ello, conviene que las obras actualmente paralizadas se reanuden inmediatamente para poder acometer el arreglo definitivo de las aceras y la calzada".