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Una familia con la música a cuestas

Los cinco hermanos López Cases han formado parte del coro de la Fundación - l Mientras unos ensayaban, su madre hacía los deberes en el coche con el resto

Pilar Cases y sus hijos Jorge, Silvia, Santi y Marta López Cases. irma collín

"La casa es una caja de música". Santi, de 23 años, es el mayor de los cinco hermanos López Cases. Todos ellos han sido componentes del coro de la Fundación Princesa en algún momento de sus vidas y el más veterano resalta que todos disfrutan cuando cantan en familia. "Yo tengo el gusto por la música pero los artistas son ellos", disimula Pilar Cases, la madre. "Siempre se anima", dice, sin embargo, Santiago. "Cada uno hace la parte que le toca", descubre la pequeña de la casa, Marta, de 13 años, desvelando que incluso se coordinan para dar más fuerza a su espectáculo casero.

Santi y su hermana Natalia, dos años menor que él, fueron los primeros en entraron en el coro infantil. Su madre recuerda que por aquel entonces los horarios aún eran manejables. Pero cuando más hermanos se incorporaron al grupo todo cambió. Las voces se fueron también modificando y los mayores ascendieron al coro joven dejando a sus hermanos en el infantil. Con el consiguiente trastorno para su madre, que se las ingeniaba para que todos pudiesen cantar sin dejar de atender sus tareas escolares. "Tenemos un coche grande", explica Pilar Cases. Además de medio de transporte, hacía las veces de centro de estudio. Mientras unos ensayaban, otros hacían los deberes con su madre en el interior del vehículo. Y luego se cambiaban el turno. "Ya que no coincidían los horarios, no quedó otra que aprovechar el tiempo", recuerda Pilar Cases con una sonrisa. Tres de sus niños aún cantan para la Fundación Princesa y Natalia está estudiando en Madrid, donde ha dado continuidad a su pasión por la música uniéndose al coro teatral de la Universidad Complutense, donde estudia Bellas Artes.

Tras ella nació Silvia, de 16 años, que aunque ha dejado el coro, mantiene la amistad con las compañeras que hizo durante ensayos y actuaciones y no descarta estar pronto de vuelta, cuando se lo permitan los estudios: "Sigo esperando volver algún día". Como hizo Jorge, dos años más joven que ella, que durante un tiempo liberó sus tardes para hacer deporte. "Cuando dejé el fútbol volví, porque estoy muy a gusto", relata.

Pero en casa de los López Cases la música es mucho más que diversión. "Siempre la he valorado tanto como matemáticas y lengua. Y en el coro de la Fundación Princesa tenemos la oportunidad de complementar la formación que reciben en el colegio", resalta la madre, Pilar Cases. Además, dice, el ambiente es bueno para los críos y les permite compartir buenos momentos con "gente con sus mismos gustos y sensibilidad".

Todos guardan con mucho cariño sus recuerdos del coro, encabezados por el buen ambiente y los tranquilos viajes de ida en autobús, tratando de no armar mucho jaleo para no estropear la voz. Y los ruidosos trayectos de vuelta de los conciertos, con todos los componentes cantando en la carretera, una vez cumplido con su responsabilidad con el grupo. "Ha habido veces que he ido a buscarles y, de lo bien que lo pasan, ni siquiera querían volver conmigo en el coche", comenta la madre entre las risas de sus hijos.

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