"Cuando acabé la carrera estaba desesperada, no sabía qué hacer". Sofía de la Puente (Oviedo, 1993) se graduó en Biotecnología en la Universidad de Oviedo y durante sus estudios realizó una estancia académica en Puebla (México) y trabajó en prácticas en un laboratorio de microbiología de Llanera y en el departamento de Inmunología del HUCA. Pero cuando acabó su último año de grado se encontraba perdida. Empezó un máster en Biomedicina y Oncología Molecular en su ciudad natal y ese mismo curso resultó elegida para trabajar para el CSIC en Madrid, con un contrato de garantía juvenil gracias al cual desarrolla fármacos para tratar enfermedades como la gripe.
La oferta de trabajo la encontró su madre, que busca en internet oportunidades laborales y se las pasa a ella y a sus amigas. Sofía de la Puente se apuntó y resultó elegida como segunda opción. Al renunciar el primer candidato tuvo que hacer las maletas en mayo del año pasado, sin haber terminado aún el máster, para incorporarse al Instituto de Química Médica del CSIC. Hasta junio, además, tuvo que compaginar su actividad laboral con la finalización de su trabajo fin de máster, que versó sobre el cáncer de pulmón en los trabajadores de la industria asturiana. "Fueron dos meses... ¡Buf! ¡Qué ganas tenía de que acabaran!", recuerda la joven investigadora que pasó de no saber qué hacer a doblar esfuerzos para cumplir con la universidad y el trabajo. Una vez cumplió con su cometido se centró por entero en la creación de fármacos contra la gripe y otras enfermedades como la producida por el enterovirus EV-71 denominada "mano, pie, boca" y "que puede dejar en los niños secuelas neurológicas para toda la vida". Sofía de la Puente, que estudió en el colegio Buenavista I y en el instituto Leopoldo Alas Clarín, es la primera biotecnóloga de la plantilla del Instituto de Medicina Química, formado en su mayor parte por químicos y farmacéuticos. Un nuevo perfil que ha enriquecido mucho el equipo: "Muchas veces agradecen incluir un punto de vista más biológico de la ciencia". Sus compañeros, asimismo, están impresionados con sus habilidades y se muestran "sorprendidos de la buena preparación que tenemos en la Universidad de Oviedo". Y en lo personal todo va también sobre ruedas. La joven investigadora ovetense se ha adaptado muy bien a la capital del país, que "es más cara y más grande" pero donde tiene "muchos amigos del instituto y compañeros de carrera".
Cuenta que cuando termine su contrato, en mayo de 2018, le gustaría hacer las maletas de nuevo. Una aventura para la que cuenta con el apoyo de su familia. "Tengo muchas ganas de irme al extranjero", señala Sofía de la Puente, que recuerda de forma muy positiva su experiencia en México. La ovetense habla inglés y está aprendiendo alemán para cuando llegue el momento de irse. Un viaje que hará "por gusto" y también obedece a la "obligación" que han establecido los recortes a la investigación en España. "En otros países los investigadores estamos mucho mejor valorados", apunta al tiempo que señala que en términos laborales la diferencia también es notable: "Las condiciones laborales son mejores".
