La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Internos de la cárcel preparan en el Naranco su salida de prisión

La asociación "Entainar" es premiada por la labor que ejerce en un piso en el que presos "desarraigados" disfrutan sus permisos

"Funciona como una familia, los internos están involucrados en todas las tareas de la casa como la limpieza o la cocina". Por el piso con dos habitaciones dobles que gestiona la asociación "Entainar" pasan cada año unos 35 reclusos del centro penitenciario de Villabona. Son personas "desarraigadas, con pocos medios económicos o sin vínculos familiares" que, explica Alfonso de los Ríos, tesorero de la organización, de otra forma no podrían disfrutar de sus permisos carcelarios. Las "convivencias" en el inmueble de "Entainar", situado en el Naranco, sirven a los inquilinos para "preparar su reintegración futura en la sociedad". Esta labor fue recompensada a principios el mes pasado con la concesión de uno de los premios solidarios de BBVA, que la entidad reparte desde hace cinco años y que están dotados con una ayuda económica de 10.000 euros.

"Es un reconocimiento al esfuerzo", destaca Alfonso de los Ríos, ingeniero jubilado de Ensidesa, agradecido por los votos de los empleados del banco. Los propios trabajadores eligen con su voto las causas que financian los premios y han confiado en "Entainar", declarada de utilidad pública en 2013, por tercera vez. El galardón supone, además, una importante inyección de fondos para la asociación, creada en 2009 por voluntarios que acudían al centro penitenciario y optaron por "darle continuidad a las actividades que se realizaban en el interior". El grueso de los gastos, no obstante, se cubre con las aportaciones de los 375 socios y en las cuentas se incluyen también ayudas públicas que suponen un 10% del presupuesto. Todo ello para mantener una actividad en la que colaboran 15 voluntarios, que se encargan de los traslados de los reclusos y también de realizar labores de acompañamiento durante los permisos de 3 o 6 días que disfrutan fuera de la prisión. Además de alojamiento y manutención, los inquilinos reciben apoyo en temas burocráticos, como demuestran las 18 visitas realizadas a lo largo del año pasado al Servicio Público de Empleo. También se realizan desplazamientos a Alcohólicos Anónimos o Proyecto Hombre, un total de 20 en 2016, y a los que están obligados a acudir quienes necesitan ayuda terapéutica por problemas de adicciones.

Los internos, de hecho, firman de forma voluntaria una serie de normas, que conocen las autoridades judiciales y penitenciarias, y que regulan la convivencia. En la casa duerme uno de los monitores de "Entainar", que también les acompañan durante el día. Y ninguno de los que solicitan pasar sus días de permiso en el Naranco reciben un no por respuesta. "Estamos atendiendo a toda la demanda", explica Alfonso de los Ríos, sentado en uno de los sofás con los que cuenta el salón del inmueble, para exponer luego que todos los alojados en la casa son hombres: "En Villabona hay unas diez veces más hombres que mujeres y ellas tienen opción de aprovechar más recursos como el nuestro". La ocupación, apunta, es del 98% y no llega al 100% debido a las revocaciones de última hora que dejan libre alguna de las cuatro camas.

"Estamos convencidos de que estamos realizando una buena labor", comenta el directivo de "Entainar", que destaca que en estos años han logrado incluso que algunos reclusos retomen una vida similar a la que tenían antes de entrar en la cárcel: "Tenemos casos de personas que se han reconciliado y reincorporado a sus familias". Los miembros de la asociación, además, aseguran que "están muy contentos de la forma en que se desarrollan los convivencias" y señalan que su actividad es tranquila y no molesta a los vecinos, con quienes no tienen "ningún problema".

Y los presos también están encantados. Al final de sus estancias realizan una valoración en la que reflejan su alto grado de satisfacción. "Muchos que han salido aún nos escriben cartas de agradecimiento", resalta. Alfonso de los Ríos, quien se muestra orgulloso por el respaldo del BBVA y agradecido a quienes han votado por otorgarles su confianza. El premio, comenta, es una de las fuentes de financiación de los últimos años. Un empujón económico para mantener abierto el piso del Naranco y que los reclusos sin recursos ni lazos familiares puedan disfrutar de sus permisos, ir preparando su reintegración en la sociedad y dejar atrás su paso por la cárcel.

Compartir el artículo

stats