"Decoró nuestras noches, los locales por donde nos movíamos". Esta fue una de las definiciones que ayer realizó Saturnino Noval sobre la obra de Germán Madroñero. El artista trabajó en la decoración de bares y pubs como El Chiribí, Riego, Misa de Doce o el Café Viena. Precisamente el "Guernica consumo", que Madroñero bautizó como "Bombardeo de consumo", lo realizó por encargo para una fiesta temática organizada en la desaparecida discoteca La Real (calle Cervantes). Aquella fiesta se hizo en 1992 aprovechando el tirón mediático que supuso el traslado del Guernica de Picasso desde el Casón del Buen Retiro al Museo Reina Sofía.

Tiempo después, Madroñero donó la obra a la Fundación Municipal de Cultura (FMC). El Ayuntamiento la guardó en el Campoamor. En 2010 se planteó su cesión al Museo Bellas Artes para situarla en una de las salas que surgirían tras su ampliación. Pero la cesión no llegó a concretarse. Ahora el tripartito quiere que la obra sea conocida "por toda la ciudad" y se plantea hacer visitas guiadas.