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Un paseo por las parroquias ovetenses/Pando (y 2)

Piedras teñidas de verde

Aunque la fuente "Les Vieyes" languidece tapada por la maleza, estas tierras conservan intacta buena parte del acervo rural ovetense

Piedras teñidas de verde

No sé si a ustedes les sucede igual. Lo cierto es que cuando veo algo así siento vergüenza ajena. ¿Que de qué hablo? De la advertencia en forma de cartel existente en el campo de la iglesia, que dice: "Ayuntamiento de Oviedo. Prohibido verter residuos. Será sancionado ".

¡Cómo es posible que sea necesario proclamar estas cosas! Ah, bajo la señal y colgada de ella, una bolsa conteniendo ¿saben qué? ¡Basura! Sin palabras. A la postre, todo ello se compensa con la deliciosa panorámica que se extiende por Vetusta y la sierra del Naranco, en la que destaca con luz propia el poema romántico de piedra.

En ligero ascenso reanudamos la ruta. A la izquierda el desvío a La Cai; un poco más allá otro a Faro y Canto del Rey; tras ellos la que señala a San Esteban de las Cruces. Aquí la perspectiva cambia de ángulo y reposa en la loma de Vidayán y se amplía por la parte sur de la capital, en ella destaca el horrible mamotreto del Calatrava. Eso sí, tanto se abre que, como el día esté despejado, la sierra del Aramo reluce como un tesoro.

A la sombra de castaños, entre herbazales en los que pastan numerosas caballerías, llegamos al barrio del Monte sin perder la mirada sobre Oviedo. Allí preguntamos por la fuente "Les Vieyes", ya ni se ve, esta tapiada por todos lados. ¡Qué se le va a hacer! Pues, visita resuelta. Prolongamos los pasos y, finalizando el recorrido, salimos a la carretera general en El Calderu.

Como siempre, para completar, veamos lo que de la parroquia contaba Madoz en 1845: Pando (San Cipriano): feligresía en la provincia, partido judicial, diócesis y ayuntamiento de Oviedo (1/2 legua). Situado en una altura con libre ventilación y clima sano. Tiene 24 casas en el lugar de su nombre y en parte del de Villameana. Hay escuela de primeras letras sostenida por los padres de los niños que a ellas concurren.

La iglesia parroquial (bajo la advocación de San Cipriano) se halla servida por un cura de ingreso de nombramiento y amovible a voluntad del obispo. Confina el término con los de San Julián de los Prados, Limanes y San esteban de las Cruces. El terreno es de buena calidad, y le bañan algunos arroyos poco considerables. Los caminos son locales y malos. Produce escanda, patatas, maíz, heno, frutas y en particular manzanas, Hay ganado vacuno, caballar, lanar y de cerda; y caza de perdices, codornices y otras aves. Industria la agrícola, y algunos molinos harineros. Población 30 vecinos, 140 almas. Ya saben, si de verdad quieren disfrutar del viaje y conocer nuestra tierra, háganlo a pie. Una última aclaración, en la mochila lleven comida y agua. Que yo sepa, es otra de las parroquias en que no hay un solo chigre para repostar.

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