El calendario y las instalaciones. Esas fueron las principales razones que los ganaderos apuntaron ayer, en la primera jornada de la feria de ganado de la Ascensión, para explicar la escasa presencia de ganado vacuno. En el polígono de Olloniego, que acoge el evento desde que se trasladó hace dos años desde Ables (Llanera), no hay una estructura bajo la que resguardar las vacas y sus terneros en caso de chaparrón. Y la lluvia de anteayer echó para atrás a muchos, que se decidieron por no acudir. "El recinto de Llanera está mucho mejor, aquí no tienes donde resguardar las vacas", señaló ayer Manuel Suárez, quien se negó este año a traer su ganado y acudió como visitante. Su opinión la compartían ayer muchos de sus compañeros de profesión que destacaron, además, que el éxito de las ferias de Corao (que tuvo lugar anteayer) y de Ables (hace trece días), donde hubo muchas reses y se cerraron una gran cantidad de operaciones, dejaron pocas operaciones de compraventa para la Ascensión. "No hay compradores, ¿a qué vas a venir?", resumía Manuel Suárez.

Fuentes de la organización apuntaron también en el propio recinto de Olloniego que los eventos de Corao y Ables mermaron la magnitud de la feria ovetense. Confiaron, sin embargo, en que algún ganadero más se animase a aparecer con sus vacas hasta que se produzca el cierre en el día de hoy. El alcalde de Oviedo, Wenceslao López, que visitó el recinto y se congratuló por la cantidad de maquinaria agrícola expuesta mostró, de hecho, su esperanza en llegar hoy a las "1.200 o 1.500 cabezas", una cifra que "está muy bien para los tiempos que corren". La mayoría de esas cabezas, adelantó el primer edil, serán caballos que ya ayer eran, con diferencia, los más numerosos dado que el mercado equino "está al alza". Por su parte, el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, celebró la "consolidación" del espacio en Olloniego y resaltó que con el cambio desde Ables se dio respuesta a una demanda social que pedía "traer para el municipio de Oviedo la feria de la Ascensión". "Hemos encontrado el espacio ideal", con más de 25.000 metros cuadrados y muy buena accesibilidad, presumió el edil de IU, que se comprometió, asimismo, a cubrir parte del recinto para mejorar las instalaciones. "Ponemos las orejas y el corazón en las demandas", resumió Sánchez Ramos.

Los ganaderos, sin embargo, creen que la nueva ubicación está más cerca de "acabar con la feria si la organización no la mejora" que de consolidarlo. "Estas instalaciones no se pueden ni comparar con las de Llanera", señaló el ganadero José Ramón Freije, de Los Oscos, que tampoco quiso traer sus vacas y acudió de visitante. "Ya casi no quedan tratantes", comentó luego con unos compañeros de profesión. Uno de ellos, Ramón Magadán, lamentó que si no se mejoran las instalaciones "el mercado vacuno acabará desapareciendo". Uno de los pocos que se animó a desplazar sus terneros fue Rubén Fernández, que vendió uno de ellos por 650 euros. Criticó, no obstante, que "la feria tenía que haber sido hace 15 días porque los tratantes ya cargaron y ya se fueron". Las fechas, sin embargo, no pueden achacarse a una falta de planificación de la organización ya que la Ascensión depende del calendario de Pascua y se celebra cada año 40 días después del Domingo de Resurrección, por lo que calendario cambia cada edición. "Hay miedo al agua y no hay donde resguardar el ganado. Si llueve como ayer -en referencia al viernes- no se pueden tener a la intemperie vacas que acaban de dar a luz y animales recién nacidos", añadió al debate el ganadero David Fraga, que llevó también algunos terneros que puso a la venta a un precio que rondaba los 900 euros y cabras a unos 250 euros.

Con todo, el mercado de caballos que, tal y como recordó la organización es el más característico de la Ascensión, ganó por goleada al vacuno. Arturo García, de Teverga, por ejemplo, vendió una yegua con su cría a David Castro, de Priero (Salas) por 1.400 euros. Y otros 15 potros a 870 euros a un tratante que se los lleva a Levante. "Es probable que venda algunas a Italia", añadió, y apuntó a la exportación como responsable de una ligera subida en los precios. Que la Ascensión haya quedado para el final del calendario de ferias benefició, en este caso, a las operaciones. Ya que tal y como explicaron los ganaderos, quedan pocos animales y los interesados en adquirirlos se rascan el bolsillo para no quedarse sin nuevos ejemplares para sus cuadras y empresas de carne.