Los vecinos del número 9 de la calle Valentín Masip están que trinan con el Ayuntamiento. La demora en la tramitación de una licencia para colocar un elevador que permita sortear la media de docena de escalones del portal a los numerosos vecinos de avanzada edad y afectados por diferentes patologías mantiene a varios confinados de alguna manera en sus casas.

"Llevo ocho meses sin apenas salir de casa", declara Amada Díaz. La mujer de 85 años padece párkinson y problemas de cadera que le obligan a desplazarse en silla de ruedas. Vive en un segundo y, a pesar de contar con ascensor, al llegar a la planta baja se encuentra con todo un precipicio para salir a la calle. "Esta semana tuvimos que ir al HUCA a una prueba y fue un infierno", explica el auxiliar de geriatría Santiago López, que después de numerosas maniobras consiguió plantarse fuera del portal.

La intervención de López es vital, pues Amada vive sola con su hermana María, también mayor y no puede hacer nada por sacarle a pasear. Sin embargo, el caso de Amada no es el único complicado del bloque de viviendas. La vecina del primero Elda Díaz está convaleciente de una operación de cadera y aunque ya camina por su propio pie reconoce su dificultad para bajar las escolares "Vivo sola y llevar el carrito de la compra es una misión imposible", declara la mujer, que recuerda que el elevador ya está pagado y sólo pendiente de la luz verde municipal para su colocación y puesta en servicio.

Casos como estos fueron los que llevaron al vecindario a iniciar en diciembre los trámites para la colocación de un elevador que elimine la barrera arquitectónica que separa el portal del ascensor. Una vez acordado por la comunidad de vecinos se solicitó en febrero instalar el equipo, pero desde entonces siguen sin recibir respuesta del Consistorio. "Consideramos vital tenerlo de cara al verano porque vendrá bien para la recuperación de las vecinas aquejadas por dolencias", declara el auxiliar de geriatría.

Los afectados aseguran que ya trasladaron al Ayuntamiento en varias ocasiones la urgencia del caso, pero que siempre se encuentran con la misma respuesta. "Nos dicen que están saturados de solicitudes pendientes y que es posible que la nuestra se encuentre por detrás de otras muchas", coinciden sin esconder su incredulidad por la falta de efectividad de la administración. "Da igual que gobierne Pedro que Juan que al final cuando tenemos un problema no queda más que callarnos y aguantarnos", declara Elda Díaz.

Esta denuncia de atascos en los trámites municipales se suma a otras que se vienen realizando en los últimos meses desde distintos ámbitos. Sin ir más lejos, el pasado enero los arquitectos mostraban su preocupación porque la demora en la obtención de licencias y permisos que tramita Urbanismo diera al traste con importantes inversiones que generan riqueza y empleo en la ciudad. Situación que provocó también las quejas de varios grupos políticos ante "las protestas generalizadas" por los retrasos.