La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Aquella empanada insolidaria

El manjar, trofeo de una apuesta, fue ganado por un chófer que se lo comió entero

Aquella empanada insolidaria

La calle del Rosal, que partía de la calle Fruela, llegaba hasta Santa Susana. En su parte superior, después de subir aquella cuesta bien empinada, en su margen derecha, había un almacén de maquinas de coser Alfa.

Un poco más abajo de este almacén recuerdo un bar con un pequeño escaparate justo al lado de su puerta de entrada.

Al referido almacén y con relativa frecuencia, llegaba un gran camión para descargar los diferentes modelos de las máquinas de coser, procedentes de su fábrica de Éibar, en Guipúzcoa.

El camión venía con conductor y ayudante, y en uno de los viajes, en tanto venían a abrir el almacén uno de los choferes dio un paseo hasta el bar. En su pequeño escaparate había una hermosa empanada aparentemente recién hecha, de la que se quedó prendado.

Cuando regresó el chofer habló al resto de personal de la empanada que había visto en el escaparate y no se le ocurrió otra cosa más que organizar una apuesta para conseguirla: se trataba de levantar a pulso, desde el suelo de la calle hasta la caja del camión una de aquellas máquinas clásicas con patas de hierro que pesaban un demonio. Sólo uno de los choferes vascos fue capaz de levantar a pulso dicha máquina de coser y, por lo tanto, fue el ganador de la empanada de la apuesta.

Una vez descargado el camión en el almacén se dirigieron todos al bar en cuestión. Tomaron asiento, pidieron bebida y que les sirviesen la empanada. Y aquí llegó la sorpresa, porque el ganador comenzó a zamparse su trofeo sin hacer partícipe al resto de los compañeros, hasta que uno de ellos protestó a lo que afirmó rotundamente: "la gané yo y por lo tanto es mía". Y se la comió entera el solito.

Los demás, sorprendidos, se resignaron a pagar a escote tanto l bebida como la empanada tan siquiera probada. Hay otra historia que comienza en la calle del Rosal, pero queda para otro día.

Compartir el artículo

stats