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DIEGO CHAMORRO | Barbero

"Ver mi apellido en la barbería es un orgullo por los que creyeron que podría lograrlo"

"Espero cortarles el pelo ya siendo mayores a los que ahora vienen de niños, ésa es una de nuestras razones de ser"

"Ver mi apellido en la barbería es un orgullo por los que creyeron que podría lograrlo"

Cuando uno entra en la barbería que Diego Chamorro (Oviedo, 1989) tiene en La Florida, parece que se hubiera adentrado en otra época. El estilo "Old-School" (vieja escuela) impregna la atmósfera del local y él, heredero orgulloso de los barberos de siempre, es el mejor abanderado en Asturias de una "forma de vida" a base de rock, motos, cortes de pelo clásicos y barbas arregladas. Una corriente que se inició allá por los años 20 del pasado siglo, cuando Scott Fitzgerald aún no había dado vida al Gran Gatsby, y que se nutrió de la evolución de la sociedad americana hasta los 80. Chamorro, a sus 27 años, es un espejo en el que mirarse para muchos jóvenes, habiendo alcanzado el éxito rescatado un oficio milenario, desde su barbería "Chamorro Barber Shop".

Primeros años detrás del balón. "En ningún momento de mi vida hasta que llego la situación pensé en ser barbero. No era de esas personas que de pequeño decía 'quiero ser esto'. Empecé a jugar al fútbol desde joven, lo tomaba muy en serio y me dediqué a ello hasta, incluso, cuando estaba estudiando barbería. A lo máximo que llegué en el mundo del fútbol fue a debutar con el primer equipo del Real Oviedo en Segunda División B. Y en Copa del Rey tuve la suerte de jugar una eliminatoria, con el equipo de mi ciudad, contra un histórico como el Athletic de Bilbao".

La barbería, su apuesta de futuro. "Llegó un momento en que tuve que empezar a pensar en mi futuro laboral, en lo que me iba a dar de comer el resto de mi vida. El fútbol fue algo pasajero, creí en ello muchos años, me dio de comer durante bastante tiempo, pero cuando vi que no llegaba a las cotas que me hubiera gustado, me puse a estudiar barbería como hobby. De aquella ya me gustaba, tengo una tía que es peluquera y me metió un poco el gusanillo. Además, solía arreglarles un poco el pelo a los colegas antes de salir, lo que es peinarlos, arreglarles las patillas. Todo esto sin tener todavía ni idea. Con la tontería, me apunté a la academia. Cuando me llamaron ya ni me acordaba de que estaba apuntado y ahí empecé, pillándolo con ganas".

No trabajar para otro, cuestión de estilo. "Cuando estaba acabando de estudiar peluquería mi madre me dijo que empezara a moverme, a mandar currículos y a buscar sitios donde poder trabajar. Yo desde el principio tenía decidido que quería mi propia peluquería, tenía una idea muy clara de dónde y cómo quería trabajar. Sabía que si trabajaba para otra persona no me iban a dejar llevar a cabo mis ideas. Por ello, cuando acabé el curso oficial seguí formándome y viajé para conocer cómo funcionaban en otros sitios, aprender de sus ideas y formas de trabajar. Luego, llegado el momento, monté mi propio salón. Había visto lo que funcionaba en otros sitios y también lo que no. Traté de hablar con gente que ya tenía experiencia en este mundillo. Me centré en el estilo 'Old-School' "

Crecimiento rápido en un escenario difícil. "Chamorro Barber Shop abrió en noviembre de 2014, vamos ya para tres años. Abrí en un momento muy idóneo para una barbería de este tipo, inspirada en un estilo tradicional. Coincidió con el boom de las barbas, de los cortes degradados y eso favoreció un poco. Desde el principio tuvimos muy buena acogida y la gente empezó a venir. Era casi la primera barbería que había en Asturias centrada en este estilo. Lo que estamos haciendo es complicado en una ciudad como Oviedo. Es un poco clásica, acostumbrada a cosas poco llamativas, discretas. También hay la ventaja de que mucha gente estaba necesitando un negocio de este tipo y era muy probable que no lo hubiera nunca. La gente que lo necesitaba, de repente, se vio correspondida".

Aprender con los grandes de Europa. "Sería algo que me gustaría, poder viajar y trabajar en otras barberías. Colaborar con las grandes barberías europeas, ya sea con cursos o trabajando allí durante una semana sería muy bueno. En algo tan manual como la barbería eso es muy importante, incluso diría que fundamental. Es un mundo en el que hay bastantes envidias, pero las nuevas generaciones lo estamos cambiando, dándole la vuelta hacia la colaboración y el buen rollo. Tratamos de invitarnos unos a otros a poder trabajar durante unos días en las barberías de los otros. En una sociedad como la nuestra no debería ser de otra manera".

Fútbol, mujeres y política: la conversación de la barbería. "A mí la relación con el cliente es una de las partes que más me gusta del trabajo. Crear un vínculo fuerte con el cliente me encanta. Tengo algunos con los que me he ido a cenar, o los veo por ahí y tomamos unas cervezas. Hablamos de cosas muy intimas cuando les estoy cortando el pelo. Ahí es donde ves de verdad a las personas. En una barbería los temas de los que se habla, entre hombres, son fútbol, mujeres y política. Entre nosotros, con el tema de que somos moteros, también hay mucho de eso".

Ver pasar a varias generaciones, razón de ser del oficio. "Espero cortarles el pelo de mayores a los que ahora vienen todavía siendo niños. Una de las bases de la barbería es cortarles el pelo a varias generaciones. Cortarle el pelo ahora al padre que tiene 40 años y a su hijo que tiene 10, y luego en el futuro que el chaval cuando tenga 40 siga viniendo. Muchas veces captamos al hijo y viene el padre, o viceversa. Luego vienen los dos a la vez. Es un vínculo familiar, aquí hay niños que vienen y los quiero como si fueran de mi sangre, son espectaculares. Tenemos una clientela muy buena, son inmejorables".

El futuro, crecer sin precipitarse. "A todos nos gustaría tener una peluquería en La Castellana. Hay que hacer las cosas paso a paso, todo lo bueno que nos está pasando viene de ahí. Por querer crecer demasiado rápido a veces se dan pasos atrás. Nosotros lo que tenemos que hacer es aprender del día a día, disfrutar de la profesión y seguir formándonos. Creo que, al final, eso tendrá su recompensa e intentaremos crecer, expandirnos".

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