Ni una fisura en el pantano ni una mala gestión de la concesionaria del servicio de aguas de Oviedo. Los bajos niveles que se registran en el embalse de los Alfilorios son consecuencia del impacto provocado por la escasez de precipitaciones en los doce manantiales que conforman el llamado canal del Aramo, la principal fuente del municipio y una las vías que permite llevar suministro hasta el pantano. Al menos eso es lo que sostiene Alfonso Tomás, gerente de Aqualia, la empresa concesionaria del servicio de aguas en Oviedo, quien asegura contar con "datos rigurosos" para defenderlo. "Del manantial de Code, uno de los más importantes del sistema, manan unos 3.000 litros de agua por segundo en épocas buenas de deshielo y ahora mismo está dando unos 70. Entre enero y julio ha dado muchos millones de metros cúbicos de agua menos que el año pasado en el mismo periodo, en concreto un 44% menos", explica el gerente de Aqualia. "El resto de los manantiales de la red, en proporción, están por el estilo", añade.

Varios meteorólogos y expertos en hidrología consultados por este diario no se explican por qué el embalse de los Alfilorios se encuentra ahora al 32% de su capacidad cuando la media del resto de los pantanos asturianos supera el 70%, pero Alfonso Tomás dice tener la respuesta. "Cada sistema de recogida de aguas es diferente. El canal del Aramo se abastece de doce manantiales repartidos por zonas de alta montaña y en un radio de 40 kilómetros que abarca a varios concejos. Hay días que está lloviendo en el centro de Oviedo y no cae ni una sola gota en la zona de los Alfilorios o en las que están situados los manantiales", señala. "Los manantiales abastecen al embalse y están como están, no hay más que acudir allí para verlo", añade.

El pantano de los Alfilorios se nutre a través de dos vías principales. La primera es la canalización de la lluvia que cae "en la cola" del embalse, una zona "de unos 500 metros" que hace de embudo para almacenar el agua. La otra son los manantiales. "En circunstancias normales se desvía parte del agua que sale de esas fuentes al embalse, la que sobra y no se consume en Oviedo, pero ahora mismo eso no puede hacerse", subraya el gerente de Aqualia.

Alfonso Tomás también rebate a quienes consideran que Aqualia podría haber almacenado más volumen de agua para evitar la situación actual bombeando desde el nivel freático del Nalón a lo largo de todo el año con los sistemas de la estación de Palomar. "Los pozos tienen una capacidad limitada y pueden secarse. Si los hubiéramos usado todo el año posiblemente ahora, cuando en realidad se necesita, no podríamos hacerlo. A pesar de eso, con la capacidad de suministro de los pozos no podría llenarse el embalse, ni mucho menos", sostiene el gerente.

Tomás también contesta a quienes consideran que Aqualia no activó a tiempo el bombeo en Palomar para ahorrar gastos. "La gestión ha de adaptarse a las necesidades de cada momento. A nosotros lo que más nos importa no es el dinero, es garantizar un suministro que ahora mismo está funcionando perfectamente. El ejemplo está en que para mantener el nivel estratégico de los Alfilorios por encima del 30 por ciento estamos comprando más agua a Cadasa, que re sulta más caro que bombearla del Nalón. Si mirásemos por el dinero también podríamos seguir cogiéndola del embalse", afirma Tomás, que garantiza que esos "pagos extra" a Cadasa no van a repercutir en el Ayuntamiento.