El cuerpo de José Manuel Ramírez Manzano, más conocido como Manolín el Gitano, recibirá hoy sepultura en el cementerio municipal de El Salvador en un entierro por beneficencia, después de que dos de sus hermanas reclamasen ayuda municipal al no poder asumir los costes funerarios. El cadáver del hombre, fallecido a las 21 horas del pasado sábado, a los 58 años y a causa de una neumonía, permaneció en la morgue del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) hasta poco después de las dos de la tarde de ayer, cuando un vehículo funerario le trasladó a sus instalaciones, a la espera de poder depositar los restos en el camposanto ovetense esta mañana, en un horario por determinar.

La norma establece que la familia tiene hasta 48 horas para hacerse cargo del cuerpo de los fallecidos y en caso de que nadie reclame el cuerpo, la responsabilidad del entierro recae en la autoridad municipal. En este ocasión fueron dos hermanas de Manolín las que se acercaron antes de que venciera el plazo para reivindicar su parentesco. Sin embargo, comunicaron al centro sanitario su incapacidad para sufragar los costes del sepelio. De esta manera, personal del HUCA se puso en contacto con los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Oviedo, que inmediatamente comenzaron a tramitar la organización de un entierro por beneficencia que, si todo va según lo previsto, tendrá lugar hoy mismo.

El cuerpo de Manolín permaneció en las cámaras frigoríficas del hospital hasta que una empresa funeraria recibió el visto bueno para recogerlo, pasadas las 14.00 horas de ayer. Desde allí se trasladó el cadáver hasta las instalaciones de la compañía, donde permanecerá a la espera de recibir sepultura en el cementerio municipal. Según algunas fuentes, este tipo de actos se caracterizan por ser "low cost", es decir, que los actos no prevén capilla ardiente y se limitarán al entierro de los restos en un nicho de propiedad municipal, con una lápida tipo utilizada para estos casos.

Son muchos los conocidos y donantes habituales del mendigo más famoso de Oviedo que, desde que se conociera el fallecimiento de Manolín, se han mostrado interesados en participar en los posibles actos que se organicen para su despedida. Sin embargo, no parece que nadie haya tomado la iniciativa. "Estamos todos igual, queremos saber, pero es imposible", coincidían en señalar asiduos de locales como La Mallorquina y personal de Cáritas Parroquial que en los últimos tiempos había dado alojamiento al popular indigente, en el albergue "Calor y Café".

El interés por dar un último adiós al controvertido personaje quedó patente a primera hora del domingo cuando en el rincón en el que solía ponerse a mendigar, en la calle Uría, aparecieron carteles con la leyenda "DEP Manolín", así como dos velas blancas, una roja y un pequeño ramo de flores. "Hay gente que no lo puede ver por las maldades que hizo, pero otros lo consideramos alguien emblemático", indicó la vecina Eugenia Suárez al pasar ante el improvisado altar.

A pesar de los achaques que acumulaba por una vida de excesos e incidentes, la muerte de Manolín el Gitano pilló por sorpresa a muchos, que incluso lo vieron todavía el martes en buen estado. "Lo vi mejor que otras veces y decía que iba a ingresar en el Naranco para desintoxicarse", señaló el vendedor de la Once Miguel Darriba. Finalmente, el ingreso tuvo lugar el miércoles pero, según se ha difundido en ambientes hospitalarios, por una obstrucción intestinal provocada por la ingesta de papel de cocina; poco después, contrajo en una neumonía que resultaría fatal.