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Lorca no tenía previsto actuar en el Fontán

El grupo de teatro del autor granadino, "La Barraca", no había programado visitar la ciudad pero los miembros del Ateneo fueron a buscarlo a Avilés

Rafa Lorenzo, ayer, en la zona del Fontán en la que actuó Lorca. JULIÁN RUS

Es conocida la historia de la presencia de Federico García Lorca en Oviedo. Con su grupo de teatro universitario, "La Barraca", representó tres entremeses de Cervantes en la plaza del Fontán a las diez y media de la noche del 4 de septiembre de 1932. Lo que no es tan sabido es que "La Barraca" llegó a Oviedo de casualidad. En el plan de ruta de aquel verano no estaba la capital el Principado.

El cantautor Rafa Lorenzo ha documentado durante años la presencia de Lorca en Asturias y ha constatado que el grupo no tenía previsto actuar en Oviedo aquella noche.

"La Barraca" entró en Asturias procedente de Ribadeo y el primer destino fue Grado. Lorca durmió aquellos primeros días de septiembre en casa de su amigo Valentín Andrés. El moscón y el granadino habían coincidido en la Residencia de Estudiantes y mantenían una buena amistad.

Después de Grado "La Barraca" actuó en Avilés y allí se plantaron los próceres del Ateneo de Oviedo y de la Universidad para pedir a Lorca que actuasen en Oviedo la noche siguiente. Lo consiguieron, para cabreo de Gijón, relata Lorenzo.

La presencia en Oviedo, "fue todo un acontecimiento". El Fontán se llenó para ver a aquellos chavales que viajaban en dos camiones, uno de ellos conducido por un policía, y una furgoneta. La primera parada fue la Universidad donde les agasajaron con un pincheo. Por la tarde visitaron el monumento a Clarín en el Campo San Francisco y recorrieron la Catedral acompañados de Víctor Hevia. Con testimonios directos e indirectos, Rafa Lorenzo ha podido saber que "Lorca se sentó unos minutos en un banco de la nave central de la Catedral, no a rezar pero sí a reflexionar en silencio y en soledad". Al salir del templo, Lorca dijo: "Esa Cámara Santa es un verdadero museo, valiosísimo, si no por la cantidad, por la calidad de lo que en ella se guarda. Un verdadero tesoro de un triple valor: religioso, histórico y artístico".

Tras esa visita tocaba trabajar. El poeta y sus compañeros, un total de 22 personas, montaron el escenario en el Fontán, en la zona más cercana al Arco de los Zapatos.

A las diez y media de la noche comenzaba la función en la que se representaron "La cueva de Salamanca", "Los dos habladores" y "La guarda cuidadosa". El Fontán estaba abarrotado desde horas antes. "Hubo problemas con las sillas porque estaban reservadas para los socios del Ateneo -cada uno podía llevar una señora de acompañante- y el público se enfadó", dice Lorenzo.

Lorca habla del corral ovetense: "Un verdadero marco donde Cervantes estaría en su propio ambiente." Lo dice al día siguiente de la representación tras una fabada en el restaurante Los Monumentos amenizada por "Los Cuatro Ases".

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