Hace un par de años todo el mundo andaba revolucionado por ver dónde haría la prueba de sonido Iggy Pop para su concierto de San Mateo. Se suponía que en el escenario, el instalado en la Ería, que era un buen sitio para colarse y cazar una autógrafo o una foto. Pero no. De repente, empezaron a correr noticias que lo situaban en diversos locales de la ciudad. Al final, el rockero estadounidense eligió un lugar que nadie había incluido entre los locales posibles: El centro de Música Joven del barrio de Otero.
Y es que el Pedro Bastarrica se ha convertido, con el paso del tiempo, en un referente para la formación musical en Oviedo. Es ya una institución en el mundillo musical, donde se desenvuelve con el objetivo de formar instrumentistas desde los 16 años en adelante. Para ello el centro tiene cuatro piezas básicas, muy ordenadas y controladas al detalle. La primera y fundamental son los instrumentos (propiedad del centro) para cada una de las cuatro aulas, donde se imparten clases de bajo, batería, guitarra eléctrica y saxo. Otra estancia son los locales de ensayo, a los que se suman el estudio de grabación y el taller-salón de actos donde los alumnos realizan los combos cada viernes. Hay que añadir un elemento básico: una insonorización muy sólida en cada estancia de trabajo.
Y aunque la filosofía del centro está orientada al aprendizaje desde el amateurismo, las instalaciones cuentan además con momentos impactantes a lo largo de sus 18 años de historia, con acontecimientos protagonizados por estrellas de la música que han dejado su huella en las instalaciones. No hay que mirar muy atrás en el tiempo para visualizar la visita citada al comienzo de este reportaje: ¡El mismísimo Iggy Pop! Utilizó un local de ensayo para preparar el concierto que ofreció en las fiestas de San Mateo de 2015, desde el escenario de la carpa instalada en parking del estadio Carlos Tartiere. El líder de "Los Stooges", que estuvo debidamente atendido por Rubén Mol, el coordinador del centro desde su fundación, quedó muy satisfecho con el establecimiento.
Recuerda Rubén Mol otro ensayo ilustre que pasó por las instalaciones de Otero. Fue el de Víctor Manuel cuando preparaba la actuación en la plaza de la Catedral del Día de Asturias, en 2003; el cantante de Mieres estuvo una semana en los locales de ensayo con todos sus músicos para hacer las pruebas previas de aquel concierto en el que también estuvo de invitada Mari Luz Cristóbal.
Los locales de ensayo son pues un apartado del centro que abre sus puertas a todo el mundo, a grupos o solistas más o menos consolidados (o grandes estrellas si se tercia), que los utilizan para sus pruebas. Son seis locales equipados con elementos básicos, como amplificadores, batería, mesa de sonido o micrófonos. Eso sí, en este caso los usuarios aportan sus propios instrumentos musicales, a excepción de la batería. Cuando se hizo este reportaje estaba en plena actividad el grupo "Sydius" formado por Diego Augusto Flores, Iker Aranzadi , Rodrigo Andrés Flores y Edgar Diez.
Pero el fondo de la cuestión del centro son todos esos cursos de formación, de donde salieron algunos músicos que luego hicieron sus pinitos en grupos asturianos, aunque, insisten desde el centro, el objetivo no es crear grupos de pop, rock o el género que sea; el objetivo es enseñar. "Los cursos se organizan en tres módulos: Lenguaje musical, Técnica de instrumento y Combo; el primero y segundo tienen una duración de tres horas semanales, a las que se unen otras dos horas del módulo de combo. Los grupos de alumnos son de seis personas como máximo", puntualizan desde el centro. Los cursos dan paso a la organización didáctica, que concluye en la sesión conjunta, lo que los responsables del centro llaman combo. Se trata de sesiones en prácticas instrumentales conjuntas, cuya finalidad es la del desarrollo del músico como integrante de una banda, así como la de la aplicación de los contenidos adquiridos en los otros dos módulos formativos (estas sesiones se desarrollan en el Salón de Actos).
LA NUEVA ESPAÑA captó una de las lecciones, en este caso de saxo, impartida por Kiko Flores a Tomás Reinares, Eva Gómez, Ángela Gil y Carlos Florez.
Cada curso formativo tiene una duración total de cinco horas semanales", matizan los responsables de las instalaciones. En la actualidad, el centro cuenta con 82 alumnos a los que imparten clases profesores muy vinculados al pop/rock, entre otros géneros, y con mucho vuelo en los escenarios: Javier de la Torre, Rafa Kas, el citado Kiko Flores y Jorge Cambareli. En una línea parecida trabaja el estudio de grabación donde igualmente se dispone de una batería y un amplificador de guitarra. A los mandos del la parte técnica del estudio está un ilustre de la escena ochentera del pop asturiano Pepe Albella, el que fuera batería de "Salón Dadá".
Al respecto del estudio los responsables del centro Pedro Bastarrica dejan muy claro que todo lo que allí se hace tiene un enfoque amateur; es decir, las grabaciones no se usan para competir con los estudios profesionales, sino para hacer grabaciones domésticas con el fin de difundirlas, nunca con propósitos comerciales.
Hay una actividad muy interesante por lo que tiene de magisterio, pero también del espectáculo que supone ver y escuchar en vivo a músicos de fama internacional. Son las masterclass. Por ella han desfilado instrumentistas de la talla de Horacio "El Negro" Hernández, Carles Benavent, Bob Sands, Salvador Niebla, Jorge Pardo, Miguel Lamas, Pepe Bao y Alberto Cereijo, entre otros. La última masterclass, desarrollada el pasado 27 de octubre, la ofreció bajista Fernando Lamadrid. La próxima (el 22 de diciembre) será la del saxofonista Antonio Lizana.
