Los Reyes Magos son el ministro de Fomento y el Ayuntamiento de Oviedo no ha echado la carta. Esa es, al menos, la sensación creciente que está calando en Asturias y en Madrid ante las reiteradas venidas a provincias del titular de la cartera de las grandes obras y las grandes infraestructuras. Íñigo de la Serna está en campaña y Fomento pasa por un momento mucho menos restrictivo, presupuestariamente hablando, que en pasados ejercicios. Gijón y Avilés han sabido aprovechar la ola, centrar bien la jugada y de los viajes cantábricos de De la Serna uno y otro municipio están logrando resolver sus problemas de integración ferroviaria. ¿Y Oviedo?
La ciudad parece que no logra arrancar promesas tan jugosas a Fomento como las del resto de municipios del área central de Asturias. Es cierto, para ser justos, que las cuestiones que Gijón y Avilés están tratando ahora con Íñigo de la Serna Oviedo las tiene resueltas desde hace varias décadas. Hace mucho que el cinturón de hierro salió del casco urbano y que los apeaderos del tren están en su sitio. Pero eso no impide que la ciudad busque otros nichos en los que sacar provecho de la temporada de saldo presupuestario en el Ministerio de Fomento.
En principio, podría parecer que el gran tema de debate que está encima de la mesa en las conversaciones entre el ministro y la ciudad sería el de la Ronda Norte. Efectivamente, De la Serna anunció que volvería a redactar un estudio informativo para actualizar el viejo plan de Álvarez Cascos para solucionar las comunicaciones de la zona Oeste y Este de la ciudad. Hay para ese fin medio millón de euros y a finales de mes estará adjudicado. Sin embargo, difícilmente los autores del nuevo plan o el propio ministro pueden tener claro lo que quiere la ciudad sobre esta infraestructura. La concejalía de Urbanismo, en manos del grupo Somos, la rechaza de forma tajante y ofrece como alternativa la vía rápida de las Campas. El alcalde, Wenceslao López, también llegó a pedir al Ministro que limitara el nuevo estudio a una solución para la salida por el Oeste. Sin embargo, él y el consejero de Infraestructuras del Principado, Fernando Lastra, hablan ahora de que esa Ronda Norte acabe en Pando para aliviar y no complicar más la situación en Luis Oliver. No lo dicen abiertamente, pero de forma implícita esos planes suponen admitir el trazado completo de la Ronda Norte, de un lado a otro de la ciudad.
Sólo Foro, ahora sin representación en el Ayuntamiento, parece tener claro qué proyecto quiere: el que tenía Álvarez Cascos. Del resto de soluciones: la Ronda verde, la salida por Montecanales, la vía rápida de Las Campas, el túnel, Luis Oliver o Pando, es difícil aclararse. No hay consenso interno en el tripartito. No lo hay con los partidos de la oposición y tampoco, parece, con el Principado de Asturias.
Pero si la falta de grandes consensos sobre la Ronda Norte dificulta trasladar una lista de deseos definida al ministro de Fomento, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Oviedo también tiene que intentar aprovechar la lluvia de euros de Madrid para adelantar algunos proyectos pendientes, aunque no tengan tanta urgencia.
El problema puede ser la falta de una agenda concreta, pactada y reflexionada, ausencia de imaginación o carencia de olfato para detectar la racha inversora de Fomento. Y sin embargo, el Alcalde, Wenceslao López, y sus socios de gobierno tendrían que sacarle a De la Serna, fácilmente, algún extra para la ciudad de entre las reclamaciones históricas.
Una es la pasarela para conectar la estación de tren y la de autobuses, esa infraestructura que según el Alcalde no era ninguna urgencia y cuya desaparición en los presupuestos regionales había sido criticada por Somos. Esa es una inversión resultona y fácil de ejecutar para De la Serna.
Justo debajo está el problema de Nicolás Soria, que tampoco protagoniza las conversaciones entre gobierno local y central, hasta el punto de que ha sido el líder de la oposición, Agustín Caunedo, el que ha llevado la necesidad de acometer el proyecto de ampliación a los despachos de De la Serna en Madrid. El municipio tiene, también, algún paso a nivel que Fomento tiene que solucionar, y no sólo los que le pida de oficio Renfe. Hay más. Los vecinos saben cuáles son los problemas y Fomento puede ser, ahora, la solución.
