"España es un país plurinacional y el tratamiento a las autonomías debe hacerse en función de sus diferencias. La reforma constitucional es inaplazable". Así lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA el periodista Fernando Jáuregui, autor con Federico Quevedo de "El desengaño", su segundo libro conjunto, que refleja el desencanto que ambos sienten (Jáuregui desde la izquierda y Quevedo desde la derecha) ante las actuaciones de unos y otros para resolver los problemas de España, con Cataluña en el punto de mira.

"No podemos seguir en un país en el que no se da cariño a los ciudadanos. El año 2018 tiene que ser el de los cambios", reivindicó Jáuregui ante el público que llenó el Club. Estuvo acompañado por Ángeles Rivero, directora de LA NUEVA ESPAÑA; Vicente Álvarez Areces, senador del PSOE y expresidente del Principado, y Gaspar Llamazares, diputado regional de IU y portavoz en la Junta General del Principado.

Si Jáuregui defendió la convocatoria de un referéndum constitucional sobre Cataluña, "porque no hay que tener miedo a consultar a la gente", Llamazares insistió en que la solución al separatismo no es el referéndum pactado. "No soy partidario del derecho a decidir; soy partidario de la política", recalcó.

Álvarez Areces también reconoció la necesidad de abordar cambios, pero sin destruir el camino recorrido. Y abogó por recuperar la cultura del pacto: "Hay que entenderse en los problemas fundamentales, que están definidos, debemos desterrar el 'no es no' de la visión de la política".

Mientras que a Llamazares la propuesta de una nueva transición le trae "reminiscencias del pasado", Álvarez Areces matizó que "sólo con reflexión sobre lo que hay que hacer, sin acción política constructiva, no se sale de la crisis". Llamazares abundó en su pesimismo sobre la situación de España señalando que "hoy es mucho más difícil dialogar, hay que ser escépticos sobre las posibilidades de la reforma constitucional". El expresidente del Principado, que consideró la idea de un país confederal "enormemente negativa", aseguró que en estos momentos "no se puede responder con escepticismo a los problemas". "La socialdemocracia tiene que reconstruirse con respuestas a la globalización, que deja a mucha gente en el camino", añadió.

Ángeles Rivero destacó que tanto Jáuregui como Quevedo "son periodistas valientes y honestos, lo mejor que se puede decir de un periodista". Y haciendo gala de esa honestidad, Jáuregui reconoció que "el país ha girado a la derecha y mucha culpa la tiene la izquierda, sobre todo Pablo Iglesias". No ocultó su preocupación ante las posibles maniobras de Puigdemont para forzar su investidura. "Puede entrar en España y llegar al Parlamento; no me lo imagino siendo esposado en una rueda de prensa ante 200 periodistas... no veo ninguna salida buena a todo esto". "Quevedo y yo nos decidimos a escribir este libro porque necesitábamos soltar una serie de vivencias y experiencias que nos quemaban", concluyó el periodista. No sin antes recordar la frase que un día le dijo Artur Mas: "Ser nacionalista es ser retrógrado".